OPINION

De 'Farmacia de Guardia' a 'Tu cara me suena': Antena 3 cumple 25 años creando televisión

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Antena 3 nacía un 25 de enero de hace 25 años. La primera televisión privada española arrancaba tras su exitosa versión radiofónica, la desaparecida Antena 3 Radio, y desde la ciudad madrileña de San Sebastián de los Reyes. Alrededor de su sede, que había ocupado hasta entonces una empresa farmacéutica, no había nada. Sólo campo abierto. Como ocurría con el propio panorama catódico en aquel 1990.

Se abría una nueva etapa tras décadas de monopolio de una cadena pública que vivía la resaca de 'la movida' de los ochenta, que fue cuando TVE experimentó la creatividad en su máximo esplendor. Pero los comienzos nunca fueron fáciles. Y Antena 3 se equivocó en sus primeros tiempos, pues intentó reproducir radio en la pequeña pantalla. Y no, no era lo mismo. Por suerte, esa percepción pronto cambió.

Farmacia de Guardia, Lo que necesitas es amor, El Juego de la Oca, Lluvia de Estrellas, Sorpresa sorpresa, Menudo es mi padre, Compañeros, Los Hombres de Paco, Aquí no hay quien viva, Espejo Público o Tu cara me suena son algunos de los espacios más carismáticos de Antena 3. Un canal que ha crecido con su propio país, aprendiendo de errores, hasta consolidar una atractiva imagen de marca que conecta con la confianza de un interesante target de audiencia.

Ahora, sin embargo, el reto es ampliar aún más ese target ganado a pulso. A través de más formatos de entretenimiento inteligente y sin tabúes sociales, así como con más horas de directo, fundamentales para las cadenas que quieren ser referencia del día a día. De hecho, durante su historia, Antena 3 fue la primera privada en apretar más veces las tuercas a TVE. Contaba con rostros identificables y con programas que no escatimaban en espontaneidad. Pero, diferentes decisiones empresariales, sobre todo con un cambio accionarial a partir de 1997, que pretendió crear un gran grupo de comunicación que imitaba la estructura de una colosal televisión pública, difuminó el proyecto que empezó a ir, demasiado a menudo, a rebufo de su principal rival.

Pero todo cambió en 2011. La cadena decidió volver a consolidarse como una alternativa con identidad propia. Lo consiguió. Su audiencia se fortaleció gracias a una estrategia de programación que ha mimado tanto el contenido como el continente. Desde las cortinillas de paso a publicidad hasta la producción de ficción. En este sentido, Atresmedia, matriz de Antena 3, se ha convertido en el referente de series de prestigio. Ha dado un paso más allá en las producciones nacionales, convirtiéndose en una televisión más atrevida. Lo logra sin perder la perspectiva del sentido de una emisora generalista.

Un trabajo que no sólo ha sido fruto del área de producción de ficción, también de los responsables de comunicación e imagen corporativa, sabiendo divulgar sus nuevos proyectos con una mirada propia que no se queda en el tópico. De ahí que casi todos los estrenos de Antena 3 congregan audiencias fuertes. El problema viene después, al comprobar si los productos enganchan o no. Pero la identidad de marca es muy importante.

También en informativos, donde la cadena ha apostado por la innovación visual gracias a una dinámica realización que trabaja las infografías y los movimientos de cámara, que dan más riqueza a los planos de las presentaciones de las noticias. Esa es una de las grandes fortalezas de todos los canales de Atresmedia: la inversión en la identidad propia. No sólo en programas, también en sus canales con marcas diferenciadas. Es un grupo que ha demostrado que un canal como La Sexta puede mantener un visible carácter propio tras una fusión. Sin olvidar, la conciencia social. Porque la televisión se hace para la gente.

Hay que reconocer que Atresmedia no se ha conformado sólo con el dato de audiencia y ha desarrollado proyectos paralelos, que suponen una inversión económica importante a la que nadie obliga, pero que compromete a la cadena con su sociedad. Ahí están la Fundación Atresmedia, con su canal específico para niños enfermos en hospitales, la campaña Ponle freno, con la vista puesta en la seguridad vial, o Crea Cultura, atreviéndose a iniciar un necesario debate sobre la problemática que suponen las descargas ilegales y la necesidad de proteger la sostenibilidad de la cultura.

Han emprendido, por tanto, un difícil camino de imagen de marca que también se complementa con la trayectoria en radio del grupo de comunicación. Onda Cero es su emisora principal, que ha apostado por espacios como el de Julia Otero. La comunicadora ha logrado otorgar un ritmo inteligente, vanguardista y periodístico a un panorama radiofónico que venía con un herencia estancada y engolada. Otero arriesgó apostando por su personalidad propia, una vez más. Esa personalidad propia define lo éxitos de Atresmedia de los últimos años, también en Antena 3: cuando se atrevió a dibujar su propio sendero sin querer parecerse a nadie ni a nada. Siendo traviesa y, al mismo tiempo, cómplice.

De ahí el éxito de productos tan exportados como El Tiempo entre costuras o Tu cara me suena. Estos espacios van por libre y rompen tópicos. Y ese es el mejor horizonte para abrazar el éxito: esquivar la tele de usar y tirar y hacer televisión en su máxima expresión. En contenido y forma, en realización, en iluminación, en escenografía y en ideas sin complejos. Sin complejos. Porque cuando hay complejos y se está más pendiente del rival que de ti mismo, la cosa difícilmente evoluciona para bien. Y en esa televisión que ha hecho televisión, y no sucedáneos, están los grandes éxito de la historia de Antena 3. De Farmacia de Guardia a Tu cara me suena. Felices 25.

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