OPINION

Los trabajadores de los informativos TVE protestan por la contratación de periodistas de Intereconomía

gudin
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Un minuto de silencio. De esta manera y con el hashtag #NoalaRedaccionParalela, los trabajadores de Televisión Española han dado la espalda a la dirección de informativos de la cadena ante la contratación de empleados externos para los informativos. Cinco de ellos procedentes de Intereconomía.

Según una extensa nota de la cadena, estas inesperadas incorporaciones se producen debido al año electoral. "Estas contrataciones se han tenido que agilizar al convocarse con escaso margen de tiempo las elecciones andaluzas. De estas 11 contrataciones puntuales, cuatro salen del banco de datos y el resto obedece al criterio de periodistas con una acreditada trayectoria profesional y con contrastada experiencia para que el resultado y la calidad de los informativos no se resientan", sentencia un comunicado que es buen ejemplo de ese refrán en latín que dice 'excusatio non petita, accusatio manifesta'. Más aún, cuando la plantilla de RTVE está compuesta por más de 6000 empleados.

Todo evidencia que estas decisiones van encaminadas a crear una redacción paralela con 'informadores' nombrados a dedo, de confianza, como ya sucedió con Telemadrid, que pasó de ser una emisora plural a ser la voz de los intereses del gobierno de turno. Esto derrumbó las audiencias de una emisora que, durante muchos años, fue referencia para los madrileños.

Esa es la principal preocupación de los trabajadores de TVE: el hecho de que José Antonio Sánchez, presidente de la corporación y ex responsable máximo de Telemadrid, y José Antonio Gundín (en la foto), director de informativos y ex de La Razón, estén reproduciendo un modelo sobredimensionado que resulta muy peligroso para la estructura de TVE.

Son tiempos convulsos en los que ya la mayoría de los estamentos dan por hecho que Televisión Española ha dejado de ser plural. No sólo en informativos, también en gran parte de los contenidos de la programación, con programas estancados en los que se aprisiona la creatividad. TVE ha dejado de ser un referente y consuma modelos que parecen imposibles en otras grandes televisiones públicas europeas.

Los responsables políticos aún no entienden que una cadena pública será la mejor aliada si es realmente plural. Se prima la institucionalidad de intereses particulares, como hace décadas, en pos de la libertad de los intereses de todos. Estamos a tiempo de cambiar el chip y que la gente vuelva a creer en la importancia de un televisión pública como alternativa para un país mejor construido por todos.

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