OPINION

La NBC suspende seis meses a su periodista estrella por mentir, ¿imposible algo así en España?

periodista irak
periodista irak

Son tiempos en los que la información fluye a una velocidad vertiginosa. La función del periodista es clave a la hora de digerir ese caudal de titulares y argumentos que, en ocasiones, es un flujo de datos contaminados por intereses partidarios. El espectador cuenta con más información que nunca, pero ¿entiende la información?

Ahí está la razón de ser del periodismo, que también debe luchar con esquivar las tentaciones del efectismo del espectáculo. En ese efectismo, ha estado el problema del popular periodista Brian Williams, de la gran cadena norteamericana NBC. Exageró un incidente que vivió mientras trabajaba en Irak en 2003. El presentador insinuó que viajaba a bordo de un helicóptero que fue alcanzado por fuego enemigo. La historia no era del todo cierta. En realidad, volaba en otro helicóptero que acompañaba al atacado.

Reinventó la historia para propulsar su imagen profesional y ha sido descubierto. Hace una semana, personalmente, decidió dejar su puesto en la emisora privada. Aunque esperando regresar. De hecho, Steve Burke, presidente de NBC Universal, ha afirmado que “se merece una segunda oportunidad”. Pero la confianza de los espectadores en su comunicador de referencia se ha desplomado. Estaba dentro de las 25 personas más influyentes, ahora ha caído hasta el puesto 835. Williams era un rostro clave en la parrilla de NBC. De hecho, hasta era protagonista de parodias de los late shows del canal.

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La cadena investiga más asuntos turbios en la trayectoria de Williams, pues sospecha que exageró más crónicas, como la de la catástrofe del huracán Katrina. Está en juego el prestigio de NBC News. De momento, NBC ha tomado la medida de apartar durante seis meses al periodista, que acababa de renovar por cinco años con un contrato anual de 10 millones de dólares. No volverá, por ahora, a The Nightly News.

En Estados Unidos la espectacularización de sus noticiarios es un hecho, pero ya no a cualquier precio. Saben de la importancia de la credibilidad para mantener la confianza del espectador. ¿Podría reproducirse un caso así en España? En nuestro país, hay una cierta percepción social de que sucede lo contrario. Si incomodas al poder es cuando juegas con tu cese. Sobre todo en las cadenas públicas. Las dimisiones parecen incluso ciencia ficción cuando se traspasan límites éticos. Es más, cierta manipulación informativa está aceptada socialmente como incluso algo normal. Pero, en los últimos años el panorama está cambiando, las audiencias televisivas son cada vez más críticas. Tienen más herramientas para acceder a la información y saben que los periodistas independientes existen. Los valoran. El rigor, la honestidad y la mirada propia es el gran valor añadido del periodismo. Si traspasamos líneas rojas, en España también habrá dimisiones. Al tiempo.

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