OPINION

'Alaska y Segura', la explosión de la televisión 'trending'

alaska y segura estreno
alaska y segura estreno

Los Estudios Buñuel iluminados. Un gran photocall en su entrada. El periodista Carlos del Amor cubriendo la alfombra roja del hall de uno de los complejos más míticos de nuestra historia del cine y la televisión... Parecía una imagen de otra época, pero no, sucedió anoche mismo. La 1 de TVE estrenaba Alaska y Segura, formato heredero de Torres y Reyes y Alaska y Coronas.

Tras las buenas críticas de sus anteriores ediciones en La 2, el espacio ha dado el salto a La 1 manteniendo su esencia original. Un cabaret en vivo y en directo con un plató de televisión como protagonista en su máxima expresión. Sin prácticamente decorados, con las paredes de ladrillo al desnudo, Alaska y Segura supone un oasis en una primera cadena que ahora mismo ha dado un vuelco hacia un universo monocolor, espantando al público, justo lo contrario de lo que debe ser una televisión pública. En sistemas en los que parece complicado salirse del guion, este programa dirigido por Santiago Tabernero, ejemplifica la televisión que no es obvia, que apuesta por la conversación, el espectáculo y las ideas. La televisión en la que todo puede pasar.

No es un formato transgresor. No es un formato independiente. No es un formato de varietés. Es un programa trending, nuevo término que define la televisión que explosiona en la experiencia colectiva del acontecimiento que "está sucediendo, lo estás disfrutando", lo veas en directo o en rigurosa 'emisión a la carta', lo comentes en Twitter o lo inmortalices en Instagram. Y ese es un camino ilusionante para TVE. Un camino ilusionante pero no del todo nuevo.

Porque esa televisión trending es trending al aprender de su historia. De hecho, mitifica e idolatra su propio pasado aunque, al mismo tiempo, con la vista puesta en el futuro. Cuidando las formas y el fondo. Experimentando con los lenguajes de la vida moderna, observando la creativa trastienda de la sociedad y dándole voz en la televisión pública que también debe ser eso: un laboratorio para la innovación, la vanguardia, el riesgo y la divulgación del hoy. Como se consiguió antaño en aquellos programas que nos hicieron querer como queremos a la televisión: Directísimo de José María Íñigo, La edad de oro de Paloma Chamorro, Ahí te quiero ver de Rosa María Sardá, Cajón desastre de Miriam Díaz Aroca, Viva el espectáculo con Concha Velasco o Esta Noche de García Tola y presentado por Carmen Maura. Alaska y Segura bebe de este espontáneo ADN televisivo. Incluso arrancó con la propia Carmen Maura, que entró en el estudio en un descapotable con el glamour que merecia la ocasión. La actriz regaló una entrevista hipnótica y un inmejorable arranque.

Fue lo mejor de una emisión en la que brillaron la iluminación, la escenografía y la realización. Apostando, además, por narrativas rompedoras. Sin necesidad de presentaciones encorsetadas entre las diferentes actuaciones, como el performance que se marcaron La Joven Compañía o el cierre musical de Najwa Nimri al piano con Carlos Jean. Ahora el programa necesita el lógico rodaje. La apoteosis del final fue descafeinada y, a diferencia de las etapas anteriores, la pareja de Santiago Segura y Olvido Gara comparten, en todas las secciones, un mismo protagonismo que aún está por graduar en este particular show en el que es un valor añadido ser rabiosamente subjetivo pero, a la vez, es peligroso parecer excesivamente endogámico.

En una TVE sin publicidad y, por consiguiente, donde no debe ser prioritaria la batalla de las audiencias (ayer el programa alcanzó un 6% de cuota y 512.000 espectadores), Alaska y Segura es una esperanzadora alternativa en el camino hacia una TVE que sí resulte competitiva en contenidos con personalidad propia y abiertos al espectáculo de la curiosidad. Alaska y Segura es una televisión que desafía la inteligencia del espectador. Te puede gustar más o menos, pero el programa es una búsqueda constante de ideas y cuando menos te lo esperas puede aparecer algo que incluso encante a sus detractores.

Y ADEMÁS...

Torres y Reyes, ¿programa de culto?

¿Cómo debería ser la TVE que soñamos en el futuro?

El fin de los Estudios Buñuel: repasamos parte de su historia

Seis programas que TVE no emitiría hoy

Mostrar comentarios