OPINION

El adiós de 'Cuéntame' a Desi: una lección de ficción televisiva

cuentame adios desi
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Cuando un actor en activo fallece, para la serie en la que participaba es complicado hacerle un homenaje que no caiga en el sentimentalismo excesivo y obvio. En este cometido, Cuéntame dio anoche, una vez más, una gran lección de buen hacer televisivo.

El pasado 28 agosto, murió Roberto Cairo, inolvidable intérprete que dio vida a Desi desde los inicios de la ficción. La serie no había despedido aún al personaje y lo ha hecho ahora de la mejor forma: convirtiendo a Desi, Desiderio, en gran protagonista ausente de un capítulo para la historia. Un capítulo en el que Desi también murió. Y el resultado no sólo fue emotivo, fue mucho más que eso.

Porque el episodio, poco a poco, supo conjugar un montaje paralelo de tramas que iban logrando un equilibrio perfecto entre emoción y humor. Porque el humor no es incompatible con la muerte. Incluso hubo una trama con los niños (y la urna con las cenizas del fallecido) bastante arriesgada y, al mismo tiempo, atinada en una historia que contagió al espectador una montaña rusa de diferentes sentimientos. También, por supuesto, vimos a Antonio Alcántara despedirse de Desi, a solas con las cenizas, a través de un monólogo colosal. Sólo un actor del calibre de Imanol Arias puede otorgar tanta verdad a las palabras.

Y es que el reparto de Cuéntame anda bien sobrado de talento. Desde Ana Duato a Rosario Pardo, pasando por una inconmensurable María Galiana y por cada actor episódico, como ocurrió con la última novia de Desi, interpretada por una estupenda Natalia Hernández. Infalible el olfato de la directora de casting Elena Arnao a la hora de elegir los rostros de una serie en la que todo, absolutamente todo, funciona. Y que sabe hacer una radiografía de su tiempo incluso a través de detalles sutiles que definen generaciones de una España tierna pero muy real.

El capítulo del adiós a Desi ha contagiado lágrimas y risas a partes iguales, pero también ha desprendido esa complicidad que convierte a Cuéntame en la mejor serie de nuestra televisión. Sí, la mejor. Una ficción que no se conforma con el guion del cliché prefabricado, que es honesta consigo misma e intenta ir siempre un paso más allá. Lo consigue a través de sus personajes, de sus brillantes diálogos, de sus imágenes del archivo histórico de TVE, de su brillante selección musical (brutal el barrido de cámara final por el barrio con Life On Mars, de David Bowie, sonando) y de su realización que no se queda en el plano/contraplano. Que juega.

Las cenizas de Desi volvieron a San Genaro, el barrio que nos representa a tantos. Porque todos vivimos, de una u otra manera, en Cuéntame. Una serie que es un orgullo nacional. Un valioso patrimonio para hoy y para las nuevas generaciones.

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