OPINION

Cuarto Milenio: las 6 claves de un éxito (paranormal) que sobrevive desde el nacimiento de Cuatro

Cuarto-Milenio
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Arrancó sus emisiones al mismo tiempo que Cuatro y, con el tiempo, se ha convertido en un clásico de la televisión. Pero no un clásico casual, porque el éxito de Cuarto Milenio se sustenta en seis inteligentes e innovadores pilares televisivos que han creado un formato contundente, aprende de referentes como Félix Rodríguez de la Fuente.

1. Huir de la radio televisada.

Cuando Iker Jiménez adaptó a la televisión su programa de la Cadena Ser, Milenio 3, se podía haber quedado en el tópico de tertulia sobre el más allá y el más acá. O lo que es lo mismo: un encorsetado debate, salpicado de un puñado de reportajes. Pero Cuarto Milenio jugó, desde el principio, con los engranajes catódicos a su favor. En este sentido, se ha realizado un formato global: que es capaz de contar una historia completa: con recreaciones, con investigaciones, con una realización cuidada (que no olvida la importancia de la iluminación, las músicas y la fotografía). En definitiva, el formato de Cuatro cuenta con un envoltorio de ficción que trabaja con la materia prima de la propia realidad... y sus leyendas. Lo hace, en cierto sentido, bebiendo de la esencia de la televisión que nos enseñó Chicho Ibáñez Serrador: aquella pequeña pantalla que no ponía límites a la imaginación. Al contrario, aprovechaba la creatividad más inquieta para enriquecer sus proyectos, ya fuera en una serie, un concurso o un programa divulgativo, como Hablemos de Sexo.

2. Creer en la puesta en escena.

En esa línea de construir una televisión global, Cuarto Milenio ha invertido en escenografía: construyendo decorados que reproducen e ilustran los temas en los que pone el foco el espacio. Incluso han llegado a clonar al Yeti. Todo este material se aprovecha, además, para exposiciones puntuales, que logran colas kilométricas y que hacen a la audiencia aún más partícipe de la Nave del Misterio.

3. Un programa abierto.

Y es que otro de los aciertos del programa es que antes de que la instantánea hiperactividad de Twitter inundara la tele, Cuarto Milenio ya nació abierto a la audiencia. De hecho, una de las secciones más queridas del espacio es justo aquella en la que el propio espectador envía sus fotografías o vídeos con extraños intrusos. El equipo analiza y dicta sentencia.

4. La esencia del periodismo.

Porque el periodismo es el alma de Cuarto Milenio. El programa no cae en la trampa de quedarse simplemente en la fábula paranormal. Investiga, cuenta con expertos y, sobre todo, encuentra una de las máximas que se estudian en las facultades de comunicación: intenta responder preguntas para que el espectador extraiga sus propias conclusiones.

5. La ubicación en la parrilla.

En tiempos en los que es habitual el vaivén en la parrilla, el formato ha encontrado una ubicación definida en la programación de Cuatro. Ha fidelizado un público fiel en la noche de los domingos. Una franja horaria perfecta para este género.

6. La pasión.

Tanto Iker Jiménez como Carmen Porter transmiten en plató una vibrante emoción real por su trabajo. Esa curiosidad se siente próxima y se contagia al espectador. Porque hablan a la audiencia de tú a tú, sin rimbombancias y sin eufemismos. Logran que el público se sienta como uno más de la Nave del Misterio. Porque es uno más.

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