OPINION

La crisis del entretenimiento en TV: los daños colaterales de la falta de formatos revolucionarios

operacion triunfo
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No hay ideas. Hay un vacío de ideas en el mercado internacional de la televisión. Las cadenas observan expectantes nuevos formatos que reinventen y rompan con las fórmulas establecidas. Ya no existen recambios equivalentes a lo que supuso Gran Hermano o Factor X. Si La Voz revolucionó los talents shows con sus sillas giratorias, ahora los responsables de las cadenas buscan nuevos productos con ese creativo punto de inflexión que los convierte en genuinos.

Pero no hay. O no los queremos ver. Las televisiones internacionales se centran en el remake o rehabilitación de sus viejas glorias. Tú sí que vales vuelve con otro nombre, otro canal y otra fórmula. Pekín Expréss regresa con otra presentadora y otro canal. No sólo pasa en España, también sucede fuera. ¿No hay nada realmente nada novedoso en el mercado internacional?

Vivimos una sequía de programas en tiempos de revoluciones tecnológicas. Curiosa paradoja. Y, mientras, en nuestro país, crecemos en ficción, en la buena ficción que apuesta por la idiosincrasia nacional. En cambio, parecemos bloqueados con los formatos de entretenimiento.

TVE y Antena 3 están huérfanos de grandes contenedores de espectáculo de entretenimiento en directo, con lo vital que es eso para la proyección de la imagen de marca de la cadena. Se conforman con docushows enlatados. No es suficiente. Sin embargo, Telecinco sí mantiene su hegemonía, por méritos propios, en programas en vivo que encajan con un público muy fiel. GHVIP con Belén Esteban ha sido un filón de audiencias inesperado hasta para la propia cadena. Además, Mediaset cuenta con el as en la manga de La Voz, que está al caer, con los esperados fichajes de Laura Pausini y Alejandro Sanz.

Pero, ¿por qué no surgen nuevas ideas de programas que beban de la música, la convivencia o simplemente el espectáculo imprevisible? En España, las cadenas parecen necesitar ver como se prueba el rendimiento de los nuevos formatos en el extranjero.

Últimamente, sólo se apuesta por shows que ya son un hit fuera de nuestras fronteras. Aunque no casen con la identidad de España. Esto es curioso, más aún cuando grandes éxitos de nuestra historia reciente han estado creados y diseñados sin salir fuera.

Un, dos, tres u Operación Triunfo, los dos grandes formatos de televisión en España y ejemplo de fenómenos sociales que se quedan marcados en la memoria colectiva durante décadas, son creación cien por cien española. También Tu cara me suena, en otra dimensión, pues es una idea de nuestro país, que se ha exportado a todo el mundo. Sin embargo, parece que nadie se percate de detalle. Somos una gran factoría de invención de formatos televisivos.

Es más, las productoras no paran de idear nuevos espacios. No cesan de inventar, de crear, de imaginar. Saben que estamos ante una poderosa vía de negocio. De hecho, se logra más ingresos con ventas internacionales que con producción propia en España.

Shine Iberia, Secuoya, Magnolia, Gestmusic... son algunas factorías televisivas vivas que trabajan con la mirada puesta en el mundo globalizado. Ahora falta que también nuestras cadenas se atrevan a dar la primera oportunidad a sus creaciones, que no tengan que dar la vuelta al mundo antes de llegar a España. Porque así se podrá reproducir el caso de espacios como Un dos tres, Operación Triunfo o Tu cara me suena. Formatos que triunfaron no sólo en audiencias, también como productos televisivos completos. Lo hicieron aquí antes que en ningún lado, porque estaban hechos desde la pasión de esa televisión, con denominación de origen, que se ilusiona con el resultado de un programa al mismo tiempo que lo descubre el público. Y eso se contagia. Y el espectador vive la experiencia. Y, por eso mismo, no se entiende que se mire tanto a veces a lo que triunfa en el exterior, como si fuera eso un aval de éxito asegurado, y se desconfíe de lo que se cocina en los chispeante singularidad próxima.

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