OPINION

Eva Hache, la nueva víctima colateral de la incompatibilidad española entre cadenas

eva hache fuera de el club de la comedia
eva hache fuera de el club de la comedia

Eva Hache llevaba prácticamente dos años en dique seco. No tenía contrato de cadena con La Sexta y la nueva temporada de El Club de la Comedia no terminaba de llegar. Así que aceptó una oferta de Cuatro como presentadora de un nuevo formato llamado Guasabi que, por el momento, sólo ha tenido una emisión puntual. Sin demasiado éxito.

Esta decisión no gustó a Atresmedia, grupo de comunicación propietario del canal verde que, aunque no había blindado a Eva Hache con exclusividad, se ve que sí sentía que la cómica debía vivir en un eterno compromiso de fidelidad hacia ellos.

Incongruencias del actual panorama mediático que vivimos, que denotan aún cierta inmadurez en la industria televisiva. En países como Estados Unidos es habitual el intercambio de comunicadores y actores de un canal a otro rival (cuando no cuentan con exclusividad e incluso cuando tienen exclusividad en circunstancias especiales), porque asumen que, al final, es un beneficio para todos, ya que es la industria del entretenimiento, en general, la que sale favorecida y se retroalimenta. Pero, aquí, en España, aún es pronto para esta perspectiva de negocio.

Es entendible que los responsables de una cadena busquen la fidelidad de sus exitosas estrellas. Es lógico que se sientan afectados cuando éstas coquetean con su competidor directo, más aún si se van sin avisar como ha sucedido con Eva Hache, pero también parece muy lógico y natural que los artistas busquen trabajo durante esos largos parones en los que sobreviven con la incertidumbre de esperar a que arranque una nueva temporada de programas que no termina de llegar nunca. Quizá, en estas coyunturas y como solución intermedia, debería existir un diálogo entre las partes y que haya conocimiento de las intenciones y necesidades de cada cual. Cosa que, en este caso, no ha sucedido.

Resultado: La Sexta considera incompatible esa participación en Cuatro y busca nuevo rostro para su Club. Alexandra Jiménez podría ser la sustituta elegida, como adelanta Bluper. Jiménez es muy buena en estos quehaceres, sí, pero podría confundirse con el resto del elenco de monologuistas invitados en cada edición.

Porque, si analizamos las consecuencias televisivas, Eva Hache no era sólo una presentadora de programa de monólogos. Su carismática personalidad era el alma de un formato que impulsaba la identidad más gamberra de un canal que se sustenta en una audiencia adulta, interesada en la actualidad política y social.

Probablemente, pierde más La Sexta sin Eva Hache que Eva Hache sin La Sexta. Porque Eva Hache es de esas actrices que logran lo que pocos artistas abrazan: conectar con la complicidad del público con sólo una mirada. Pero el talento no ayuda en las insaciables reglas del juego de las incompatibilidades entre las cadenas españolas.

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