OPINION

La generación Ni-Ni, la TV y Twitter: la perplejidad ante los comentarios de los seguidores de 'MYHYV'

emma garcia programa nini
emma garcia programa nini

La capacidad de diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. La capacidad de discernir entre el dolor y la frivolidad. La capacidad de distinguir entre lo relevante y lo superfluo. La audiencia de Mujeres y hombres y viceversa (MYHYV) es una representación sintomática de un parte latente de la sociedad. Minoritaria, por suerte, pero latente.

El programa de Emma García es un gran éxito de audiencias tradicionales y, también, en las redes sociales. Un programa en el que chicas y chicos guapos, peripuestos y recauchutados buscan la fama mientras nos hacen creer que quieren encontrar el amor. Y el formato cuenta con un público muy fiel, es un espacio perfecto para conectar con un espectador pretendidamente joven. Pero, sin embargo, no se emite en un horario en el que los jóvenes deban estar, a priori, frente al televisor. En esa franja, a partir de las 12,20 horas, si eres joven estás estudiando o trabajando. ¿Entonces cómo se entiende su éxito en este target? Sólo existe una explicación lógica: el programa tiene a un sector de seguidores de la población Ni.Ni, aquella que ni estudia ni trabaja. Aquella que, en cierto sentido, no tiene más expectativas que ver las citas de unos tronistas repeinados en su día a día.

Y, luego, llama la atención la rebelión que estos seguidores inician en redes sociales cuando Telecinco varía la programación a causa de una noticia de última hora, como sucedió ayer por el trágico accidente de avión de la compañía alemana Germanwings, que provocó que se alargara El programa de AR y se retrasara Mujeres y hombres y viceversa. Los seguidores más exaltados del programa de Emma García no entendieron que la actualidad manda ante una información terriblemente relevante. Y no dudaron en expresarlo públicamente con tuits bochornosos, repletos de faltas de ortografía para más inri.

Son pocos, pero ruidosos. Sus tuits sorprenden, indignan, decepcionan y nos hacen preguntarnos en qué mundo vive, y con qué clase de valores, cierta parte de nuestra juventud. Se trata de un público que existe, que está ahí a diario, frente al televisor, sin demasiadas expectativas vitales, en una sociedad que no ha logrado despertarles inquietudes.

¿Qué fue antes: estos jóvenes o la tele que consumen? ¿Cuánta culpa tiene la televisión que ven estos chicos de que sean capaces de expresarse de esta forma en la red social sin ningún tipo de remordimiento? Complejo debate el que bulle en nuestras cabezas mientras contemplamos estos tuits, pero sí es evidente que hablamos de espectadores de un programa, Mujeres y hombres y viceversa, que quizá no tiene el respeto como principal reclamo.

@borjateran

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