OPINION

'La Alfombra Roja Palace' se hunde: sus 7 errores recurrentes con los que espanta al público

la alfombra roja palace
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La Alfombra Roja Palace de José Luis Moreno marcó anoche un nuevo mínimo de espectadores (736.000 fieles). El formato de espectáculo de TVE cada vez más se parece al exitoso Noche de Fiesta de antaño. Incluso ha recuperado el concurso telefónico, donde hay que elegir un modelo que aguanta un sobre en sus manos. Pero no interesa, porque cae en 7 errores recurrentes que no conectan con la audiencia de hoy.

1. La guerra de sexos.

La Alfombra Roja Palace centra gran parte del guion de sus presentadores y teatrillos en supuestos conflictos entre topicazos de género. Clichés sobre hombres y mujeres, estereotipos machistas sobre cómo deben de ser los gustos según la sexualidad y sketches retrógrados que creen provocar risa con sainetes sobre infidelidades, cachas y chachas, cuando eso ya no hace ninguna gracia.

2. Los fuegos de artificio.

La Alfombra Roja Palace apuesta por sorprender con llamativas puestas en escena que no llaman la atención al espectador de 2015. De hecho, anoche, Edurne cantó su amanecer en el plató de José Luis Moreno y se optó en consumar un batiburrillo de efectos inconexos que sólo sirvieron para ridiculizar el tema. Ventilador, vale, pero los fuegos artificiales, las llamaradas... Sólo faltó que cayeran globitos de colores del techo. Estos elementos pueden estar bien para propulsar una actuación, pero si son coherentes con el acorde musical y tiene cierto orden. Llenar la escena, sin ton ni son, de fogonazos espanta al público. Parece una función de instituto con presupuesto.

3. Espantapájaros.

La Alfombra Roja Palace  cuenta con un cuerpo de baile que tiene mérito. Son talentosos jóvenes, probablemente, pero sus coreografías son tan sucias, básicas y toscas que, en ocasiones, parecen simplemente unos sonrientes espantapájaros que se mueven por control remoto. Los ballets son claves en el espectáculo televisivo de hoy. Pero el de Alfombra Roja Palace no llama la atención al espectador en su floja propuesta: coreografías y vestuario reciclado, pasado de moda..

4. La iluminación de frigorífico.

La Alfombra Roja Palace cuenta con un decorado que no está mal. Nada mal. Pero cae en una iluminación demasiado plana que logra que todo se vea igual. Desde un teatrillo hasta el performance de un contorsionista. La realización visual no ayuda. No están lo suficiente medidas las canciones de los artistas invitados para que las cámaras 'sean pinchadas' y hagan planos al ritmo de la música (algo que sí estaba muy cuidado en Noche de Fiesta). A nivel visual es, por tanto, un grave retroceso para TVE.

5. El sonido regulero.

La Alfombra Roja Palace se atreve a huir del playback. Una buena noticia. Lo malo: el sonido no está del todo bien. Edurne y Ruth Lorenzo lo sufrieron en sus actuaciones en directo. Porque, en realidad, no es un programa musical en ningún sentido. Es una versión descafeinada del espectáculo que fue Noche de Fiesta. Incluso uno de los ases en la manga de Noche de Fiesta, que era el constante bullicio en estudio (con ruidosos aplausos constantes bajo las presentaciones) ha desaparecido.

6. La ausencia de artistas de primera línea.

La Alfombra Roja Palace no pasa del 6 por ciento de cuota de pantalla. Cuando en el especial veraniego, Sábado Sensacional, la audiencia se elevó hasta casi rozar el 15 por ciento. ¿Por qué ha bajado tanto el share si los ingredientes son los mismos? Porque José Luis Moreno no ha logrado congregar a reputados artistas con tirón. Marta Sánchez, Ruth Lorenzo, Edurne... están bien, pero no tienen una gran influencia mediática.

7. El falso directo.

La Alfombra Roja Palace fue denostada en su primera edición en la fiesta nacional de criticar. Fue un inadmisible caos de programa que, eso sí, rozó el magnetismo de evento que era imprevisible para el espectador y para el propio equipo. El desaguisado fue hasta divertido para el público. No obstante, en las siguientes galas, se ha evitado ese descontrol al grabar la mayor parte del programa previamente. Sólo es en directo el concurso telefónico.

Pero la alfombra enlatada pierde cualquier atisbo de interés extra. Los cortes de edición, además, son muy bruscos y el programa es una sucesión de teatrillos y actuaciones que no aportan nada nuevo. De hecho, parecen rescatadas de los noventa. En vestuario repollo del elenco que está en el escenario y en guion. Las modas cambian. Pero es curioso observar como programas, en riguroso directo, como Viva el Espectáculo de Concha Velasco o Esta noche... fiesta de José María Íñigo, hace 30 y 40 años respectivamente, eran más modernos, creativos, transgresores, espontáneos y vanguardistas que La Alfombra Roja Palace. Qué nos está pasando.

Pros y contras de la primera emisión de La Alfombra Roja Palace

@borjateran

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