OPINION

'El Último Mono' de Manu Sánchez: aire nuevo para la comedia nacional

el ultimo mono la sexta
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El nuevo late night se estrenó con éxito con un 9,3 por ciento de share.

"Han confiado los directivos de Atresmedia en nosotros. Estos directivos que crearon Confianza Ciega, Escuela de Actores, El Bus. ¿Qué puede salir mal en todo esto?". Así Manu Sánchez arrancó anoche su nuevo show, El Último Mono. Así, apuntando alto, con indirecta directa a sus propios jefes.

Nueva locura de La Sexta: sus señores mandamases han decidido apostar por este cómico de larga experiencia en Canal Sur para coronar sus fuertes noches dominicales. Tras Jordi Évole y Ana Pastor, El último mono aporta un late show tradicional pero que, al mismo tiempo, marca la diferencia en una televisión demasiado clónica.

Un late show absurdo e inteligente a partes iguales. Porque el absurdo no es incompatible con la inteligencia. Y Manu Sánchez cuenta con un instinto del espectáculo, rápido de reflejos, que logra el más difícil todavía: no estar atado al guion y escuchar al entrevistado.

En este sentido, la primera edición del espacio transmitió una relajada espontaneidad. Se notaba que el presentador se estaba dejando llevar y no estaba paralizado por las manías de los prejuicios que crean los estudios de audiencias en los creadores de la televisión de hoy y que provocan que, en los últimos tiempos, este tipo de formatos sufran la pérdida de su punto trasnochadamente gamberro.

El padrino de la primera emisión ha sido un rostro conocido para la cadena, Jordi Évole. Funcionó, claro. No obstante, ya llegó con larga experiencia en esto del humor sonámbulo. Pero, además, el show incorporó a colaboradores que no son colaboradores al uso. Como la aparición estelar de Juan Luis Cano o Juanra Bonet, que ha adaptado 'El Mundo Today' a la televisión gracias a El último mono.

Grabado en falso directo, desde el Estudio 10 de Atresmedia (quieren que en unas semanas se haga en directo real), el programa sabe transmitir ese nervio golfo que mantiene al espectador despierto y no fomenta que entre en un sueño profundo. Ayuda la música en directo, que otorga un plus de ruidosa viveza, y las salidas de tono constantes del propio Manu Sánchez. Ahora sólo falta el rodaje habitual. En el tercer programa se verá si es un éxito o fracaso en datos de audiencias.

Pero, con o sin audímetros, El último mono ya es un triunfo para la marca de un canal  que, con este programa, se acerca más a la complicidad de un perfil de público más joven. Un ámbito que no es nada nuevo para una emisora que sabe que la información y el humor se complementan a la perfección. Porque ambos géneros son tan serios como cómicos.

@borjateran

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