OPINION

Cuando las cadenas de televisión se atan al análisis del comportamiento del espectador

QUALITY TV
QUALITY TV

Son conocidos como los quality. En inglés todo suena mejor. Son estudios que analizan los gustos de la audiencia. Dicen qué funciona o no, de las series y de los programas. Qué personaje o colaborador gusta más (o menos). Qué personaje debe crecer en protagonismo (o desaparecer para siempre).

En determinadas ocasiones, los responsables de las cadenas tienen confianza ciega en estos análisis de los comportamientos del espectador. Sus resultados dictan sentencia sin piedad.

Sin embargo, estos estudios, que rozan la clarividencia (en lo que a gustos del público se refiere), no siempre funcionan. Porque los contenidos televisivos son un ecosistema intangible, que no es fruto de fórmulas matemáticas exactas.

Al contrario, es resultado de la intuición y la capacidad de los creadores de contenidos de ir por delante. Un quality puede servir de guía, pero no debe suponer cortar alas a la intuición y creatividad de los guionistas, redactores, realizadores... En definitiva, de los creadores de televisión.

Vivimos en un universo de encuestas, audímetros, olas de EGM y estudios del mercado. Estas herramientas que analizan las 'calidades' de los productos son necesarias (algunas más que otras), pero a la hora de realizar el contenido de un programa o de una ficción sólo deben de ser complementarias. Porque atarse excesivamente a este tipo de asesorías puede llegar a ser contraproducente.

Al final, que alguien recuerde más o menos el nombre de un personaje de un programa es importante, pero no definitorio del resultado del conjunto del formato en cuestión. De hecho, hay protagonistas de producciones que son más olvidables para el espectador y que, en cambio, son claves para el éxito final del espacio, pues equilibran la historia (ya sea en una ficción o en un show de entretenimiento).

Las cualidades de cada producto televisivo dependen sobremanera de un intangible llamado ideas, ideas que no se quedan en lo prefabricado. Y ese equilibrio es el que debe priorizar el canal de turno para que las frías asesorías no rompan con los clímax que construyen el magnetismo de los grandes fenómenos televisivos.

Porque esos grandes fenómenos nacen en la capacidad de inventiva y riesgo de los creadores de la televisión, no de visionarias muestras representativas que pueden llegar a frenar la imaginación.

@borjateran

Y ADEMÁS...

Ellen DeGeneres: así triunfa en Twitter

El truco de Chico Ibáñez Serrador que sigue vigente hoy

Imputados, Ni-Nis, Paquirrín… El asesinato del talento en prime time

14 claves para entender las audiencias: razones de los éxitos y fracasos

¿Por qué parece imposible reproducir en la tele de hoy un éxito como ‘Sorpresa, Sorpresa’?

¿Qué ingrediente falta a la televisión de hoy?

El fin de la dictadura del audímetro: los espectadores ya no sólo están en la televisión tradicional

Mostrar comentarios