Llegó Refugiados. Lo hizo con éxito: 4,4 millones de espectadores y un 25 por ciento de cuota de pantalla, en el computo global de la emisión multicanal. Porque el arranque de la serie se emitió en todos los canales de Atresmedia. Además del lanzamiento en el canal para el que se ha concebido el producto, La Sexta (allí hizo un 10,6% de cuota de pantalla), también se estrenó en Antena 3 (donde alcanzó un 10,7 por ciento de cuota), Nova y Neox. En ninguna emisión en solitario, por tanto, la serie destacó especialmente, sí en el dato global que habrá que ver cómo se distribuye la semana que viene. Se vislumbra bajón de espectadores.
Refugiados, una idea original de Bambú Producciones (Velvet, Gran Hotel, Bajo Sospecha), es realmente una apuesta arriesgada. Un verdadero punto de inflexión en nuestra industria. Un equipo de guionistas y técnicos españoles dando forma a una serie que luce y suena a extranjera. El doblaje ayuda. Y es que ha sido rodada en inglés, por aquello de poderse vender internacionalmente con mayor eficacia. Nuevas vías de negocio, por tanto, para poder explotar una serie española que no parece española.
De ahí que los actores sean nativos ingleses y que las localizaciones reales puedan asociarse a otros países que no sean España (eso sí, las paredes tienen gotelé del nuestro).
La duración, que no sobrepasa los cincuenta minutos, también es novedosa en nuestra ficción. Aunque anoche esta novedad se diluyera por completo, ya que se decidió emitir dos capítulos seguidos, como si fuera uno, para conseguir un estreno más competitivo en la batalla de las audiencias de la televisión nacional. ¿Entonces, qué sentido tiene que los episodios duren menos si no se va a apostar por emitirlos de uno en uno? La semana que viene, en La Sexta, ya se emitirán de uno en uno.
Pero al ser un estreno con dos capítulos unidos, ambos con sus finales construidos en alto, fueron dos horas de maratón de serie, lo que pudo suponer un atracón más difícil de digerir. Más aún cuando la historia apuesta por un ritmo más pausado de lo que se acostumbra en la tele nacional. Ritmo que además pone en evidencia flecos sueltos en el guion, ya que la serie nos da demasiado tiempo para pensar... y para tuitear todo lo que chirría.
Lo que es un hecho es que Atresmedia Series, Bambú Producciones y BBC han logrado un producto de calidad internacional con un presupuesto ajustado, sabiendo reunir las tramas en pocas localizaciones, controlables para el rodaje, y centrándose en una historia de personajes por encima de una acción de efectos especiales. Sí, la premisa es que llegan del futuro unos refugiados, pero la fuerza está en la emoción de los cuatro rostros protagonistas. Se trata de una serie que, por tanto, encaja en la esencia de La Sexta y que no sólo es un paso adelante, supone una gesto de madurez de nuestra televisión.
En un escenario del marketing en el que se habla mucho de riesgo de la factoría de series, Refugiados es un riesgo real. Empezando desde la forma de producción hasta el resultado final, guste más o menos. Riesgo en mayúsculas. Riesgo, del bueno. Y los que apuestan por el riesgo de verdad son los que, al final, hacen que la televisión evolucione (a mejor).
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