Fue el momento más comentado de la noche de los Premios Max. Lo emitió La 2 de Televisión Española y lo han recogido las principales ediciones de informativos de las cadenas privadas. Sin embargo, la dirección de los Telediarios de TVE ha omitido dicho instante de sus espacios de noticias. Decisión que ha provocado la queja de trabajadores del ente público.
Pero las herramientas de acceso a la información han evolucionado (para bien) y la censura tiene las patas muy cortas. Aquí está el regalo, a través de su magistral instinto de comedia, de Rosa María Sardá a los gobernantes. Una opinión en tiempos en los que nadie debería tener miedo a la opinión:
No es la primera vez que existen denuncias de censura en galas de estas características, los temores a los discursos de los actores en los Goya son habituales e incluso, hace menos de dos años, en la ceremonia de entrega de los Premios Forqué, se intentó silenciar los abucheos en la sala al Ministro Wert. Salió mal la jugada, pues la presentadora de la gala, Ana Morgade, lo denunció en directo con su inteligente ironía:
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