OPINION

La gran mentira de la 'telebasura'

supervivientes telecinco
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La televisión parece vivir en un complejo constante de inferioridad. No es considerada patrimonio cultural, a pesar de ser el electrodoméstico con más evidente influencia social. Para bien y para mal. De ahí que naciera el término telebasura, para definir el 'fango' de los contenidos televisivos, ya sean realities o programas de cotilleos.

Sin embargo, se omite a menudo que la pequeña pantalla es la mayor ventana al mundo, un trampolín para despertar inquietudes e ideas. Pocos valoran esa función. El valor social de la TV no es una herramienta secundaria, es primordial, imprescindible.

Por eso, no se puede simplificar la oferta televisiva con el término telebasura. Simplemente, no es justo. Si existe televisión basura, también vivimos rodeados de espacios de radio basura, prensa basura, portales de Internet basura e incluso tuits basura. Todos los medios fardan, dignos, de ética, límites y rigor, pero sin mirarse el ombligo. Sólo castigando a la televisión, que parece la víctima más fácil, o el rival más débil.

Y lo cierto es que los contenidos tóxicos no entienden de plataformas ni formas de distribución. Están presentes, nos rodean, en todos los ámbitos. Empezando por la política, que también se ha perdido en el titular basura que busca el enfrentamiento que parece no pensar, de verdad, en las necesidades de la población.

Pero la televisión es el electrodoméstico al que "queda bien" repudiar y en el que, muchas veces, pagan justos por pecadores. Espacios como Gran Hermano o Sálvame copan los grandes índices de audiencia. Y, sin embargo, criticar su existencia ya es un deporte nacional, aunque no siempre se lleve razón o ni se analice el fenómeno siquiera. Es más, es mejor decir que no ves estos programas, aunque los consumas a diario y sepas todo lo que ocurre en ellos.

Rara vez se le reconoce a Sálvame su éxito, fruto del trabajo de un equipo detrás de cámaras. Tampoco a Gran Hermano o Supervivientes. Porque incluso para hacer la denominada 'telebasura', hay que tener arte, ingenio y talento. Es la gran mentira de la televisión: simplificar la diversidad de un medio con la misma etiqueta, 'telebasura'. Despreciando, así, a millonarias audiencias.

El televisor es nada más, y nada menos, que un inconmensurable invento de infinitas posibilidades, que permite y propicia la pluralidad de contenidos. Diferentes. Como la propia sociedad, donde se puede cambiar de canal y hasta apagar el receptor si algo no te gusta. No deben existir fronteras a las ideas, sólo frenos dentro de la responsabilidad y la honestidad crítica (y autocrítica).

Ahora, sólo hay que aspirar a tener una televisión sin temor a experimentar con la creatividad, que mime al espectador con la inteligencia que merece y que, al mismo tiempo, otorgue herramientas para que todos sepamos digerir los diferentes tipos de contenidos, ahí está el problema de fondo: en la forma y capacidad de asimilar los contenidos, ya sean pretendidamente inteligentes o escandalosamente frívolos. Porque los unos y los otros no son incompatibles. Los unos y los otros pueden apetecerte en uno u otro momento. No eres peor persona por pasar una noche de evasión, entretenido con un reality descabelladamente bien hecho. No hay que poner cortapisas preventivas al entretenimiento. Todo depende de cómo se haga. Y de cómo se entienda y reciba.

@borjateran

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