OPINION

El Ayuntamiento de Madrid deja en el aire la venta de los Estudios Buñuel de TVE ¿llega tarde?

ESTUDIOS-BUÑUEL-PLATO
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Madrid no es una ciudad con demasiada tradición a la hora de cuidar su patrimonio arquitectónico industrial. Al contrario, suele favorecer su destrucción. Más aún cuando se trata de patrimonio audiovisual. Quedan pocas huellas de los míticos estudios de cine y televisión del siglo XX en la capital. Los Sevilla Films fueron convertidos en un hipermercado, los majestuosos CEA en bloques de vivienda. Sólo se salvaron los Estudios Roma, ahora Telecinco, y los más grandes de España, los Estudios Buñuel, rebautizados así por Pilar Miró, que los salvó cuando iban a ser derribados en uno de los constantes booms de la especulación inmobiliaria.

Miró resucitó así los Estudios de Chamartín, también conocidos en la época con el nombre de Samuel Bronston, que fue el magnate de cine que los impulsó hasta que se arruinó, dejando abandonados estos platós. Pero, en plena movida madrileña de los ochenta, TVE  los rehabilitó y reconvirtió a la televisión.

En sus entrañas, con tres amplios platós, entre ellos el más grande de TV de España (el L3 con 2200 metros cuadrados), se han realizado programas y series icónicas (desde ¿Qué apostamos? hasta los shows de Martes y Trece, pasando por el rodaje de El Quijote), incluso se reprodujeron en su interior las cuevas de Altamira para preservar su divulgación cuando se iba a producir el cierre de las originales.

Pero la actual dirección de TVE decidió vender estos estudios hace sólo unos meses. Una constructora, Pryconsa, había adquirido los extensos terrenos por 35,7 millones de euros para realizar pisos. Un precio de ganga para la jugosa zona, muy cerca de Plaza de Castilla. De ahí que los Estudios Buñuel siempre hayan estado en el punto de mira del negocio del ladrillo.

Ahora, el Ayuntamiento de Madrid, mediante la votación favorable en la comisión de Desarrollo Urbano Sostenible, ha aplazado la resolución sobre el futuro de los Estudios Buñuel de TVE. Con esta paralización, se pretende estudiar los detalles del proyecto.

También la Comisión General de Trabajadores ha decidido llevar el caso a la Fiscalía anticorrupción "por malversación de caudales públicos y administración desleal". Pero la realidad es que los estudios Buñuel ya están vacíos. Han dejado de ser esa factoría creativa en constante ebullición, a pesar de que TVE sigue necesitando esos platós para llevar a cabo su producción propia. Y que la función de TVE, como servicio público, también es conservar, proteger y resguardar el patrimonio colectivo.

El Ayuntamiento puede parar el inminente derribo, que dejará a la ciudad sin un ejemplo de arquitectura racionalista. Pero tal vez sea ya demasiado tarde para frenar la destrucción de los Estudios Buñuel. Será otra demolición para la memoria colectiva, para un país sin amplitud de miras a la hora de preservar su plural y diverso patrimonio.

Porque los Estudios Buñuel también son patrimonio, obra del arquitecto Rafael Bergamín, representante clave de la arquitectura racionalistay cruciales en el desarrollo industrial del cine y la televisión en España. Cruciales, por tanto, para seguir entendiendo, analizando, y preservando nuestra historia audiovisual en el futuro. Aunque siempre es mejor hacer un bloque de viviendas más. Eso sí, con piscina y vistas a las Cuatro Torres.

@borjateran

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