Teresa Viejo es uno de los aciertos del verano, pues ha regresado a los estudios de Prado del Rey, donde alcanzó la popularidad como presentadora de RockoPop (junto a Beatriz Pécker y Paloma Serrano), para sustituir en vacaciones a Mariló Montero. Tarea difícil...
Aunque el principal acierto es que Teresa Viejo no ha sustituido a nadie. Está aportando su experiencia y personalidad propia a La Mañana de TVE. Lo consigue gracias a una gran intuición periodística hábil a la hora de conectar con el interés del público. No vive en mundos paralelos, está en el directo más vivo.
Viejo destaca por su empatía en cámara y sus reflejos para ser la directora de orquesta de un formato complejo, incluso consiguiendo frenar la debacle de audiencias de la última temporada del espacio.
Además, este verano, el programa ha potenciado la realización, al fomentar más planos de reacción de los protagonistas que participan en el espacio, enriqueciendo la narrativa visual. Porque en televisión tan crucial es lo que se dice, como lo que se ve. También en la comunicación no verbal. Otro acierto ha sido incentivar la participación ciudadana a través de una pantalla táctil, que maneja el copresentador Jota Abril y que transmite opiniones de las redes sociales.
No obstante, La Mañana de TVE aún tiene que definir más sus temáticas para marcar más la diferencia en contenidos, sobre todo en el área de actualidad. El formato intenta crecer pero sigue estancado, pues la cadena pública debe romper con esta encorsetada fórmula de una forma más radical, como siempre hizo el ente en su historia como factoría que no cesaba de experimentar y jugar con las ideas, que no cesaba de hacer Televisión. No sucedáneos. Así lograron destacar en la mañana Jesús Hermida, Pepe Navarro, María Teresa Campos o Inés Ballester (que también sustituyó la temporada pasada a Montero y apostó por el programa complementario de tertulia Amigas y Conocidas).
En la reinvención televisiva está el futuro más próspero de un contenedor matinal que debe abandonar a los gurús multiusos (sobre todo en la mesa de actualidad), huir del tratamiento sensiblero de los sucesos y avanzar en las nuevas narrativas, la divulgación de expertos (Saber Vivir sigue siendo el punto fuerte del espacio) y en la mirada propia del sentir del público.
Una mirada propia que capta Teresa Viejo, como enésimo rostro de un magazine que ha ido perdiendo a sus caras más carismáticas, como el mítico Doctor Gutiérrez (fue despedido por sorpresa) o el cocinero Sergio Fernández. También desaparecieron de la copresentación con Mariló otros jóvenes periodistas con talento, como Carlos Córdoba (ahora estará en el nuevo programa de Javier Sardá en Discovery) o Inés Paz (repescada hace meses por España Directo).
Una inestabilidad de protagonistas secundarios y un estancamiento en contenidos que ha ido debilitando el formato. Especialmente el público notó la marcha del Doctor Gutiérrez. Era cercano, tenía sentido del espectáculo (vital para un matinal) y sabía divulgar sus temas sin eufemismos y rimbombancias.
Como también está sucediendo con el carácter periodístico de Teresa Viejo, una incorporación que, en vista del cambio de tendencia en la aceptación de la audiencia (en un programa que no paraba de perder interés), TVE no debería dejar escapar.
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