OPINION

Las trampas que realizan los concursos de televisión

JORDI-HURTADO-VACACIONES1
JORDI-HURTADO-VACACIONES1

Dicen que en televisión todo es mentira. Pero mienten, existe mucho de cierto en lo que vemos en la pequeña pantalla. Aunque, claro, para hacer más digeribles las tortuosas jornadas de grabación, a veces, hay que ejecutar diferentes trucos para que los programas salgan más entretenidos. También en los concursos, que no se libran de utilizar artimañas para engatusar más y mejor al espectador. [Cuidado: a continuación, se desvelan trampas que te harán ver diferente cualquier programa de preguntas-respuesta a partir de ahora]

1. ¡CORTEN!

La mayoría de los concursos de televisión se graban con antelación para ahorrar costes, minimizar errores técnicos y facilitar los viajes de los concursantes. Saber y Ganar, por ejemplo, suele rodar cuatro programas al día, dos por la mañana y dos por la tarde, lo que produce que en las últimas horas de grabación los 'sabios' sufran un cansancio acumulado. Más aún porque es un programa que, entre prueba y prueba, necesita parar y recolocar posición de cámaras y monitores. Es la única manera de aprovechar y enriquecer el limitado decorado, ya que las dimensiones de plató son reducidas. La postproducción disimula la fragmentada grabación del concurso. Por suerte, en Saber y Ganar, la edición es fácil, pues siempre se puede introducir algún plano de Jordi Hurtado aplaudiendo o respondiendo al concursante.

2. REPETIR... CON DISIMULO

Los presentadores también se equivocan. Y el equipo técnico. Y la tecnología. Si existe un fallo garrafal durante la grabación de una determinada prueba, toca repetir la escena con una misma progresión para no desvirtuar el resultado del concurso. Así que, aunque ya se conozca las preguntas, el concursante debe reproducir, tal cual, lo que ya ha respondido antes: repitiendo sus aciertos... y sus fallos. Y sin que se note, claro. Aquí la complicidad de los participantes es crucial para que se sientan parte del programa y hasta intenten titubear o dudar para que el espectador no intuya nada raro desde casa. En definitiva, para que el show no pierda ni espontaneidad ni tensión. ¿Esta es una práctica excepcional? Esta trampa, de repetir una secuencia completa de un concurso, sucede más de lo que parece...

También ocurre, en otras ocasiones, que los concursantes resuelven un reto decisivo con demasiada facilidad, restando tensión a la prueba. En estos lances, también se les pide que repitan para que intenten, al menos, dudar un poquito antes de contestar. De esta forma, se otorga más emoción.

3. SOPLAR LAS PREGUNTAS

La magia de la televisión provoca que, en casos muy excepcionales, si un concursante no da pie con bola en las primeras pruebas se le apunta alguna respuesta correcta, de forma equitativa y siempre sin afectar el resultado final del programa. El motivo: que el propio concursante no quede mal con la audiencia en temas que son asequibles. También sucede en juegos de adivinar canciones, donde, en determinadas circunstancias y antes de la grabación,  el equipo del show da pista de los hits musicales que saldrán durante el programa (sin decir en qué orden/momento) para agilizar el desarrollo de la prueba. Gajes de la obsesión de las cadenas para evitar que se eternice en exceso cualquier resolución.

4. PRESENTADORES QUE, EN REALIDAD, ESTÁN SOLOS EN PLATÓ

Porque en más ocasiones de lo que parece, por necesidades logísticas, se graban determinados pasos a publicidad, entradillas e incluso preguntas del propio presentador sin que ya nadie esté en plató. Ni los concursantes ni el público ni la copresentadora. Como sucede en Saber y Ganar, donde las intervenciones de Pilar Vázquez se realizar por separado. El equipo de realización después lo incrusta en el concurso como si nada.

En este sentido, otra argucia ha estado en la despedida de Carlos Sobera de Atrapa un millón. Dijo adiós emocionado y el público en la grada respondió con un gran aplauso. Sin embargo, en realidad, no había nadie allí. Cuando se grabó el programa se desconocía que era el último, y luego se rodó el 'hasta siempre' del presentador. El decorado ya estaba desierto. Sobera sólo tuvo que ponerse la misma ropa del día en cuestión y saludar, con la manita, a un público inexistente. Y coló. Claro que coló... hasta parecía que los asistentes estaban desolados.

Trampas inofensivas que realiza la televisión para proteger y potenciar sus programas. Trucos que no tergiversan el resultado, pero sí cuidan que fluya el discurrir del espacio y se mantenga intacta la emoción del espectador. Porque un concurso sin emoción no es un concurso. Y la televisión siempre necesita artimañas (piadosas) para que el show no decaiga.

@borjateran

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