OPINION

6 claves para entender el liderazgo informativo de La Sexta en la noche electoral catalana

al rojo vivo catalunya
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1.999.000 espectadores ( 12.2 por ciento de cuota de pantalla) han seguido el escrutinio electoral de las últimas elecciones catalanas por La Sexta. El especial del canal verde ha sido la referencia informativa de la televisión nacional, por encima de TVE (1.166.000 fieles, con un pobre 6,6 por ciento de share), cadena que reunía siempre un liderazgo holgado en este tipo de acontecimientos y que, sin embargo, en la última legislatura, ha perdido esa confianza de las grandes audiencias al apostar por una programación más irrelevante a nivel televisivo y periodístico. A diferencia de antaño, cuando la cadena pública era pionera en retransmisiones de acontecimientos de relevancia y calado social.

Ahora, en cambio, La 1 se centra en un formato encorsetado y cero atractivo visualmente. En el otro extremo está La Sexta, que anoche, con el programa de Antonio García Ferreras y Ana Pastor, demostró su modelo televisivo consolidado. Un modelo que ha incorporado con destreza al periodismo la esencia del instinto de la televisión.

1. Periodismo que entiende la televisión

Porque La Sexta hace periodismo sin olvidarse de que está haciendo televisión. En puesta en escena, en realización visual, en grafismo e incluso en música. La primera media hora del programa fue épica. La banda sonora se entremezclaba con una emisión en multipantalla, que dejaba constancia del importante despliegue de la cadena. Primero mostrando en emisión, de forma simultánea, a todos los periodistas de la cadena desplazados en los epicentros informativos de la jornada. Después, conectando con Ana Pastor y los distintos líderes políticos frente a la fachada de una espectacular casa Batlló, reformada por Gaudí.

A las puertas del mítico edificio, en pleno Paseo de Gracia, Pastor tomó el primer pulso de la noche.  Y, tras devolver la periodista la conexión a Madrid, el canal nos mostró hasta la forma en la que iban entrando los diferentes líderes políticos en el emblemático inmueble. De esta forma, el canal incorpora una narrativa televisiva a la información pura y dura, multiplicando el interés en las grandes audiencias gracias a una emisión con una versátil mirada propia.

2. La tecnología al servicio de la información

La realización multipantalla y el grafismo son los protagonistas silenciosos de la noche. Aquí La Sexta huye de grandes parafernalias efectistas (como hizo TV3 con su realidad virtual por las escaleras del Parlament) para apostar por una realización práctica que no deja escapar al espectador. El público vive en directo el escrutinio con el recuento sobreimpresionado a la izquierda de la imagen. También se incorpora un contador que marca los votos que hay a favor de la independencia y del resto de formaciones.

Como un gran carrusel deportivo, la audiencia cuenta con marcadores, muy prácticos, que dan los datos en tiempo real. Además, el equipo de realización va dividiendo la pantalla en diferentes conexiones que van mostrando lo que sucede en los distintos puntos calientes informativos, con una inteligente característica: la imagen incluso se adelanta a los propios presentadores. Está pasando, lo estás viendo. El canal aporta ese plus de emoción.

3. Pluralidad política y visual

La Sexta ha sabido ordenar con inteligencia a los diferentes analistas en dos mesas de debate diferenciadas. Por un lado, en Madrid con Ferreras, están los periodistas. En otro, en Barcelona con Pastor, acuden los diferentes líderes de las formaciones políticas. Así se organiza un debate que, a veces, puede convertirse en gallinero. Los analistas y los políticos se complementan, de esta forma, a la información de los periodistas desplazados a las diferentes sedes de los partidos. Con esta diversidad de escenarios, la retransmisión es más versátil. No sólo en opiniones, también visualmente: al encontrarse en dos espacios diferenciados.

4. El lugar reconocible

La casa Batlló se ha convertido en el cuartel general de La Sexta. Un icono de Gaudí como reconocible decorado para el espectador. La audiencia nota el despliegue. Y la emisión lo agradece, pues se enriquece al "pisar la calle" y salir del mundo paralelo de un frío estudio de TV. Eso sí, se podría haber sacado más partido al emblemático edificio. El interior que acogió el programa especial, con unos paneles decorativos que representan la antítesis de la arquitectura de Gaudí, recordaba a un plató pobre del canal. Una característica que se subsanó con planos de la fachada de la Casa Batlló en las transiciones a publicidad.

5. Sembrar (y recoger)

La Sexta se ha convertido en referente de credibilidad en este tipo de emisiones por su trabajo en el día a día como canal pegado a la información crítica. Lo hace con programas como Al Rojo Vivo, Más Vale Tarde, El Intermedio o La Sexta Noche. También con espacios que se han hecho socialmente relevantes al marcar la agenda informativa, como Salvados, La Sexta Columna o El Objetivo. La programación de La Sexta ha fidelizado al público comprometido con la información. Los datos evidencian que cuentan con la sólida confianza de este sector de la audiencia.

6. Periodismo vivo

El periodismo es nervio. El periodismo es emoción. El periodismo es honestidad crítica. El periodismo es contexto y análisis. Y La Sexta, en un especial como el de anoche, logra transmitir esa esencia del periodismo televisivo despierto, comprometido, rápido de reflejos, guerrero, que se moja pero no impone, que entra al trapo, repregunta, que incluso es distendido cuando el clima lo requiere. En definitiva, un periodismo que está vivo. Y eso no lo pudieron decir todos los canales anoche. La Sexta, sí.

@borjateran

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