OPINION

Primark: cuando la locura consumista se convierte en publicidad gratis en TV

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Primark abrió en el corazón de Madrid. Y se desató la locura. El jueves, la apertura de la tienda de Gran Vía 32 generó colas imposibles e incluso llegó a colapsar las inmediaciones.

Cientos de personas no quisieron perderse las primeras horas del nuevo Primark. No regalaban nada especial. Ni siquiera los precios distaban de la tónica habitual de la tienda. Pero, esa masa consumista, no se permitió faltar al acto folclórico de la inauguración oficial. Con sus globitos.

Y es que Primark ha sabido crear un acontecimiento de su alunizaje en la Gran Vía de la capital, en el emblemático edificio de la histórica sede de la Cadena Ser.

La compañía ha pasado meses calentando al personal de que lo mejor estaba por llegar al Broadway madrileño. Tanto que la noche antes de la apertura del esteblacimiento se celebró una fiesta como si se tratara de un estreno cinematográfico. Actores como Macarena García, Pablo Rivero o Quim Gutiérrez prestaron su  rostro a ese sarao con la presencia de medios y hasta se probaron las prendas con más personalidad de la marca...

El grado de aspiración crecía por parte del cliente potencial: los famosos más "molones" también se visten en Primark. O eso parece. Porque, en realidad, no tienen pinta de clientes de la firma. Pero estaban allí, cediendo su imagen a una marca comercial e impulsando el murmullo en las redes sociales de que empezaba una experiencia diferente en la Gran Vía.

Una experiencia diferente que no es más que otra gran tienda de una marca que ya estaba implantada en distintos centros comerciales de la capital. Pero los responsables de Primark han logrado generar un incontestable acontecimiento.

Con estos prolegómenos y ese intento de glamourosa fiesta a lo Hollywood (donde los famosos dieron rienda suelta a sus posados en Instagram, desde los probadores), la expectación estaba servida. La apertura paralizó los accesos a la tienda.

Y los medios corrieron a cubrir el fervor social por la barata Primark. Había noticia: la imagen de impacto de las colas. De esta forma, la plataforma publicitaria más poderosa, la televisión, cedía minutos y minutos de emisión a la apertura del establecimiento. Hasta en informativos, claro. El jueves era complicado no enterarse de que había abierto una gran superficie comercial en lo más alto de la Gran Vía.

La gente no pudo esperar. La televisión tampoco. El evento de apertura de Primark propició la mejor campaña mediática: gratis e incorporada como contenido dentro del programa, fuera de las frías pausas publicitarias.

Y es que la apertura de Primark ejemplifica la importancia de crear eventos que desprendan la percepción de que son inauditos e irrepetibles. Que los vives o te perderás una experiencia especial.

Primark lo ha conseguido. Su estreno en Gran Vía ha sido un éxito mediático que ha sido sembrado a fuego lento. Aunque, eso sí, España Directo llegó tarde a la vorágine consumista, pues cuando su reportera preguntó a una clienta cuánto tiempo había estado esperando en la cola... la entrevistada respondió que "iba rápido". No había tenido que esperar "nada", sentenció. La compradora espontánea contradijo la expectativa creada por los periodistas del programa. Pero dio igual, ahí también estuvieron: hablando de que había abierto una gran tienda en Gran Vía 32.

@borjateran

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