OPINION

Las cadenas no dan tregua en la noche de los domingos: ¿sobredosis de programas interesantes?

evole calleja sarda
evole calleja sarda

Los domingos es la noche del recogimiento. Una velada perfecta para descansar en casa frente al televisor mientras la audiencia se mentaliza de la semana que le espera. Tradicionalmente, el cine ha sido el rey de esta franja. TVE incorporó La Película de la Semana, un contenedor para identificar un prime time con pelis de estreno. Así, se fideliza público bajo una misma marca aunque cada semana programes un filme completamente diferente. Después, Antena 3 hizo lo mismo con El Peliculón.

Tanto La 1 como Antena 3 siguen con la oferta cinematográfica clásica. Telecinco, por su parte, opta por jugar con versiones de debate de sus competitivos realities. Pero, desde hace varias temporadas, los domingos se han convertido también en una factoría de formatos interesantes que obligan a un mismo perfil de espectadores inquietos a elegir sin piedad.

En 2008, un formato televisivo revolucionó la franja: Salvados. Lo hizo con su manera única de narrar la actualidad. Y demostró que se podía tener mucho éxito con propuestas específicamente dirigidas a un target curioso, inteligente y poco interesado por los blockbusters americanos o por los conflictos de grandes hermanos y variantes. Desde entonces, la noche de los domingos se ha convertido en la obsesión de las cadenas para intentar atrapar a un público que el resto de la semana se siente huérfano de televisión de calidad.

La información de Salvados y El Objetivo en La Sexta; la nostalgia de Cachitos de hierro y cromo en La 2; la ciencia de ADN Max con Javier Sardá en Discovery Max; la aventura de Wild Frank también en Discovery o los retos de Calleja en Cuatro (antes la entrevista de Viajando con Chester)...

Las cadenas se han obstinado en programar sus formatos de cualité en la noche del domingo, por lo que con sus contenidos comparten target de público objetivo y, en vez de diseminarse en otros días de la semana y complementar a otras ofertas, se agrupan en el mismo prime time. Los programadores quieren hacernos elegir.

¿Por qué se da esta circunstancia? En un principio, el enfrentamiento surge entre La Sexta y Cuatro al ser dos canales de la misma generación. Cuatro intenta para paliar los buenos resultados de formatos como el de Évole o Pastor con contenidos que pueden hacer pupa al conectar con un público que se puede parecer en inquietudes. El resto se ha ido contagiando y así el domingo se ha convertido en la gran noche de los programas divulgativos. Es el efecto colateral que sufre nuestra televisión: la lucha feroz propicia que formatos más minoritarios se centren en domingo, a pesar de que en esta franja lo tienen más difícil de destacar por simple sobredosis de programas interesantes.

Los programadores priorizan hacernos elegir en lugar de proteger sus programas en busca de una noche donde brillarían más. Son los expedientes X de una televisión en donde parece que lo de menos es el espectador. Y lo de más, la competencia descarnada por las décimas de share.

@borjateran

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