OPINION

El debate decisivo: así ha roto Atresmedia con las reglas encorsetadas de la política en TV

EL DEBATE DECISIVO ATRESMEDIA
EL DEBATE DECISIVO ATRESMEDIA

Ana Pastor y Vicente Vallés entraron caminando, en directo, en el Estudio 10 de Antena 3. Comenzaba el debate a cuatro, el debate decisivo de Atresmedia. Con este arranque, ya se evidenciaba un nuevo estilo: dinámico y cero estático. Antena 3 y La Sexta ha roto, de esta forma, con el lenguaje visual de los debates electorales tradicionales, con estructura encorsetada.

Y ese ha sido el gran acierto: el periodismo ha ganado al guion de los directores de campaña. Vicente Vallés y Ana Pastor han aportado su bagaje, perspectiva y reflejos para ser más que moderadores. Muy concretos, no sólo han repreguntado, también han aportando datos explicativos a los espectadores en cada cuestión y, además, insistiendo para que ningún ponente se perdiera en rodeos en el debate oficial más vivo de la historia de nuestra televisión nacional.

Una viveza que también ha aportado la realización visual de la retransmisión, con constantes planos con un cierto movimiento que otorgaba más emoción televisiva al encuentro. Por primera vez, no se ha quedado la imagen parada en un plano fijo del orador de turno para, además, aportar la reacción en directo del resto de contrincantes políticos. Así, Atresmedia ha aportado más y mejor información al encuentro, donde es tan importante la comunicación verbal como la no verbal. Y, esta noche, todos estaban especialmente expresivos.

En este sentido, el que ha desprendido más control de los lenguajes televisivos ha sido Pablo Iglesias, muy habituado a los platós (el único que en minuto final no optó por un discurso convencional y optó por un mensaje emocional). Su seña de identidad en este encuentro: un boli BIC azul. A su lado, Albert Rivera, que arrancó más nervioso, moviéndose demasiado en sus intervenciones. Único en sacar cartulinas.

En los dos extremos, un Pedro Sánchez con propuestas, a la izquierda, y Soraya Sáenz de Santamaría, a la derecha, que fue la política que evidenció un tono de discurso más tradicional. No obstante, es la que menos ha asistido a tertulias mediáticas en los últimos tiempos.

Y todo sin atriles, la más inteligente revolución de la puesta en escena. Los políticos no tenían barrera en la que protegerse, sólo una pequeña mesita (para guardar apuntes y cartulinas con gráficos) y una silla, en la que mejor no sentarse para no denotar el cansancio, un gran enemigo.

Nadie se sentó en el taburete, claro. ¿Quién ganó el debate? Ha ganado la sociedad, ha ganado el periodismo, ha ganado la política pero, sobre todo, ha ganado Atresmedia apuntándose el tanto y consiguiendo ser la organizadora de un encuentro que ha supuesto poner en el centro de atención su joven marca, surgida tras la fusión de Antena 3 y La Sexta: una identidad que ya desprende una percepción de compañía comprometida con su tiempo, que produce invirtiendo en televisión en su máxima expresión y no se queda en el entretenimiento más fácil.

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@borjateran

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