OPINION

Siete horteradas de Miss Mundo que (por suerte) la televisión en España ya ha superado

chorro miss mundo
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España ya tiene una Miss Mundo. Se llama Mireia Lalaguna y ha sido coronada, a sus 23 años, en la edición número 65 del certamen de belleza, celebrado en la ciudad tropical china de Sanya.

A falta de ser los primeros en Eurovisión, ya tenemos algo para enorgullecernos: una española ha ganado en una emisión que reúne todos los esperpentos del panorama hortera internacional. Porque si hay algo que no ha evolucionado son los concursos de belleza, quizá porque la evolución inteligente desembocaría en su desaparición.

Y es que Miss Mundo sigue existiendo hasta las últimas consecuencias. Pero, ¿por qué ya no funcionan este tipo de ceremonias en España? Son extremadamente aburridas, transmiten unos valores tan vacíos como retrógrados y, sobre todo, porque caen en siete artimañas que, por suerte, ya ha superado la televisión en España.

1. Los chorretones de agua

Un buen concurso de Miss debe tener fuentes ornamentales. Con mucho chorro intentando bailar una coreografía perfecta, aunque siempre hay uno que se descoordina y salpica (véase la foto). En Miss Mundo rodean el escenario de agua, en nuestro país los juegos acuáticos también eran habituales en los programas de José Luis Moreno. Pero, tranquila, Mireia, aquí esto no lo volverás a tener que sufrir. Ya lo hemos superado. Sabemos que, en los decorados, menos es más. Y los responsables de las cadenas no piensan gastar en agua.

2. Fuegos artficiales de mentira

Para qué pagar fuegos artificiales de verdad, si los puedes sobreimpresionar de mentira en un pantallón. Eso piensan en Miss Mundo, reyes del artificio impostado. Pero, Mireia, no te preocupes, aquí somos más dados a a pirotecnia real en escena, con sus chispas y todo. La llamarada viste mucho en cualquier actuación musical, sobre todo en las galas de Nochevieja. Nada de proyecciones falsas, viva la tele-realidad pirotécnica. Edurne ya sufrió chispazos en las actuaciones previas a Eurovisión.  Sus músicos salieron ilesos por los pelos (ver vídeo). Todo sea por el espectáculo.

3. Los vestidos de princesa

Mireia, en España, estás de suerte: no tendrás que ponerte más esos vestidos de princesa de polígono. A no ser que acudas a una boda en los Salones París de la periferia, este tipo de vestuario ya no engancha en nuestra televisión: la audiencia prefiere una vestimenta más sencilla y menos rococó. Más identificable.

4. Saludo con la manita

En Miss Mundo, al ganar, es tradición realizar un paseillo saludando con la manita al personal como si fueras una reina en su coche de caballos o Baltasar en la Cabalgata de Reyes. Por suerte, Mireia, en España este saludo eterno está en desuso en la tele, no hay tiempo para tanta mano en lento movimiento Aquí sólo se lo reservamos a los invitados de Pablo Motos cuando hacen su aparición en el plató de El Hormiguero. Eso sí, saludan con mucho más ritmo y velocidad. O baja el share.

5. Sobredosis de dorado

Sólo algún que otro programa de videntes a altas horas de la madrugada mantiene un sillón pintado de amarillo, como queriendo imitar a oro. En la TV en España, por el momento, sólo te tendrás que sentar en un trono de estas características si quieres coger el testigo de Aramís Fuster. La escenografía de los platós va por otro camino, más ligera y menos intensamente falsa.

6. Canción de amor fraternal

En España nos gusta mucho cantar al final de los programas. Como en Miss Mundo. Lo que pasa es que en este certamen de belleza se toman demasiado en serio y plantan a berrear en riguroso playback a todas sus modelos, agarradas de la mano, como si fueran autómatas. En la televisión cañí ya hemos aprendido que lo mejor es siempre reírse de uno mismo. Incluso cuando cantas agarrado de la mano de tus competidoras. Hay estampas que sólo funcionan si no se toman demasiado en serio. Al contrario que en Miss Mundo.

7. "La belleza siempre tiene un propósito"

La locutora de la emisión del vídeo termina su retransmisión sentenciando la lapidaria frase de "la belleza siempre tiene un propósito": Una de estas frases que pueden sonar muy bien pero que, en realidad, no dicen nada. En la televisión en España hemos aprendido ya hace tiempo que la belleza puede ayudar para enamorar a través del televisor, pero no sirve de nada si no va acompañada de un carisma arrebatador. Y es que para triunfar en la tele no hace falta ser miss, sólo necesitas comunicar con instinto, reflejos, espontaneidad y una pizca de corrosión. Lo demuestran los grandes presentadores de nuestra historia, casi ninguno hubiera ganado un concurso de Miss: Joaquín Prat, José María Iñigo, Mercedes Milá, Jorge Javier Vázquez, María Teresa Campos... La belleza de manual no existe: existe la personalidad propia.

@borjateran

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