OPINION

7 aciertos televisivos de la línea editorial de La Sexta

LA SEXTA FERRERAS
LA SEXTA FERRERAS

Los resultados de audiencia de la última gran noche electoral han constatado que La Sexta se ha convertido en la cadena de referencia para los españoles en las grandes citas informativas. Un puesto que ha conseguido gracias a su capacidad de tomar el pulso a la actualidad con el oficio de un periodismo creíble y cómplice que crece, a nivel televisivo, a través de 7 importantes decisiones:

1. Reporteros de carácter

En los grandes acontecimientos, los enviados especiales de La Sexta en los epicentros de la información no son bustos parlantes recitando la última hora con una solvencia olvidable. Al contrario, la cadena opta por periodistas reconocibles y con personalidad, como Cristina Pardo en la sede del PP. Tiene carisma, aporta sus argumentos desde una valiosa mirada propia y hasta lanza pullas e ironías inteligentes cuando toca. Es una profesional cómplice y creíble para el espectador: la audiencia quiere escuchar su perspectiva, el espectador espera con interés su conexión en directo.

2. En busca de la pluralidad

La Sexta ha adquirido una línea editorial definida: el periodismo combatiente, crítico y repreguntón. Aunque en España siempre vivimos en la necesidad de etiquetar a los medios en una tendencia política definida, la cadena verde tiene una línea editorial evidente pero en la que también realiza un ejercicio de pluralidad en sus programas con entrevistas que no permiten evidenciar cuáles son las siglas que vota el periodista de turno. Parecido sucede con la elección de tertulianos: es diversa en la política nacional (con flecos sueltos en el tema catalán, eso sí), donde (a nivel televisivo, gusten más o menos) cobran fuerza perfiles polémicos como Eduardo Inda. Porque en la estrategia de la televisión privada, el espectador, piense como piense, también necesita antagonistas a los que odiar o terminar amando.

3. Expertómetro

La Sexta no sólo centra sus retransmisiones en contertulios gurús que analizan la situación desde su posicionamiento ideológico previsible, la cadena de Atresmedia hace hincapié en expertos para analizar el fondo de los asuntos y contextualizar de forma didáctica cada movimiento. Tampoco faltan las pruebas de verificación de El Objetivo para examinar a los políticos. El espectador accede a la información con datos y opiniones contrastadas más allá de la opinión mediatizada.

4. Colorines

El grafismo de las coberturas especiales de La Sexta no da tregua. Es crucial. Más aún en un escrutinio electoral, donde se produce en la pantalla una sobredosis de impactos. La última noche electoral los rótulos en emisión se multiplicaron (el estado del recuento, el resultado del pactómetro de Ferreras, los titulares de la jornada...) Pero lo que podría ser saturación informativa para el espectador se convierte en un estímulo: la audiencia va realizando desde casa sus propios cálculos, pues cuenta a un golpe de vista con los datos coloreados y masticados.

5. Platós con cartón-piedra

En un tiempo en el que todos los platós de televisión parecen iguales, ya sea un informativo, un concurso, un show de variedades o un magazine, La Sexta ha invertido en decorados identificables con elementos diferenciados. Los responsables de la emisora no se han quedado en la clónica gran pantalla de Led y la mesa con formas curvas. Se apuesta por una mezcla de escenografías tradicionales (de cartón-piedra) con las nuevas tecnologías (pantallas planas, puntos de luz leds). De esta forma, el espectador ve una marca diferenciada en cada producto frente a los rivales: Al Rojo Vivo y su gran ventanal neoyorquino, El Objetivo y su mesa con pantalla táctil incorporada, La Sexta Noche y sus grandes andamios-grada, Más vale tarde y su larga mesa de autopsias, el especial elecciones y la mesa giratoria... Todos los platós, además de contar con amplitud, favorecen un sello particular que rompe con la monotonía visual de nuestra tele.

6. Mucho directo

La parrilla de programación se estructura a través de marcadas franjas de programas de actualidad política en directo. El compromiso con la imagen de cadena vinculada con la información no es puntual: es diario, constante y está asentado en horarios muy definidos para el público. El espectador interioriza que si algo pasa, ahí está está La Sexta para contarlo.

7. Periodistas de temperamento

Como en la BBC u otras cadenas que son referencia informativa, los presentadores de La Sexta transmiten apasionados reflejos periodísticos. Todo el rato. No son parte del decorado, contagian seguridad y pasión. Y, además, hablan el mismo lenguaje de la calle, con claridad, incisión y sin miedo a mojarse cuando toca. Pero también sin dogmas, creyendo en la inteligencia del espectador. Así, la cadena multiplica su interés. Así, la cadena se ha hecho con la marca de televisión que ha recuperado la inversión en el periodismo para la sociedad y no para los despachos de las altas esferas.

@borjateran

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