OPINION

Los 8 grandes fracasos de la TV en 2015 (explicados en emojis)

ALFOMBRA-ROJA-PALACE (1)
ALFOMBRA-ROJA-PALACE (1)

No gustaron. No funcionaron. O no tuvieron tiempo de cuajar. Son los grandes fracasos de la televisión en 2015. Analizamos algunas de las causas de sus malas audiencias (con ayuda de los emoticones de WhatsApp , claro)

1. ALFOMBRA ROJA PALACE

El regreso del show de varietés de José Luis Moreno a TVE fue un apoteósico desastre. No sólo por el horterismo que desprendía, ni por los la mala realización, ni por determinados clichés retrógrados del guion. Directamente nada salía bien en esa fugaz (por suerte) Alfombra Roja Palace. Moreno apostó por realizar el programa de estreno en directo, por aquello de contagiar mejor el nervio del espectáculo (como conseguía en los años dorados de Noche de Fiesta) pero, al final, todo fue en su contra sin los equipos técnicos de Televisión Española: presentaron a Juncal Rivero (estaba de invitada) y, en vez de ella, aparecieron unos hombres cargando unas sillas. Muy bonitas. Presentaron un ballet, y no bailó nadie. El regidor entraba, el regidor salía. Todos perdidos en ese escenario, voces colándose desde bambalinas, miradas de desconcierto entre presentadores e invitados. Vamos, terrible y apocalíptico, que diría Piqueras. Nada fluía. Y se nos quedó cara de susto del tamaño de un trending topic mundial.

2. CÁMBIAME PREMIUM

Se prometía como una de las grandes apuestas de Telecinco para la temporada. Sorpresas en directo con el maestro de ceremonias perfecto, Jorge Javier Vázquez. Además, jugaban con la ventaja de que aprovechaban un nombre reconocible para el público, Cámbiame, como marca asentada en el mediodía. Así, el programa no arrancaba de cero en el prime time. Sin embargo, origina y premium no se parecían demasiado. De hecho, el problema de Cámbiame Premium es que no tenía definido un formato claro. Las sorpresas no sorprendían lo suficiente, el plató transmitía claustrobia y el show evidenciaba caos. Mucho caos. El nervio de la desorientación pudo con los presentadores. Y, claro, a Pelayo se le quedó cara del emoticón tenso.

3. ALATRISTE

Telecinco se fue hasta Budapest para rodar las aventuras del Capitán Alatriste. Allí ya había decorados de época montados, así que se trataba de ahorrar. Pero la apuesta visual de Alatriste llegó tarde a nuestra televisión. Las novelas de Pérez Reverte son complejas de adaptar (tampoco la película estrenada en 2006 acertó) y la serie quizá se debería haber centrado en una trama más lineal y focalizada. Incluso hubo que recurrir a rótulos para presentar a los personajes. No quedaba otra para guiar un poco mejor al espectador entre tanto lío. Pero la producción no logró un ambiente creíble: demasiado cartónpiedra y un resultado también acartonado, rancio. Todo estaba impostado. Y no ayudó, nada, la apuesta por una gran iluminación artificial, que evidenciaba unos decorados de Parque Temático. Y es que existe una cierta percepción entre los directivos de las cadenas de que, para que el espectador se quede enganchado a una ficción, se debe desprender mucha luminosidad. Así que todos a invertir en bombillas. En Alatriste se pasaron.

4.  AQUÍ PAZ Y DESPUÉS GLORIA (LA DE RESINES)

Aquí Paz y después Gloria arrancó con éxito el pasado 24 de marzo en Telecinco: 3,7 millones de espectadores siguieron el estreno, que aupó la cuota de pantalla del canal a un excelente 20,7 por ciento de share. Pero rápidamente el interés se desvaneció. La audiencia no se enganchó. Se esfumó. Para algunos parecía un retorno a los noventa, cuando la gran Lina Morgan protagonizó (también sin éxito) una rancia versión de Vaya par de gemelas en TVE, Una de dos se llamaba. Para otros parecía una secuela de aquel Ay, señor señor de Pajares en Antena 3. Todos tenían parte de razón. Y es que esta Aquí Paz y después Gloria ha seguido la estela de ese tipo de comedias que apuestan por una historia de corte clásico y cero innovador, como la de los dos hermanos gemelos contrapuestos (el corrupto malo y el párroco bueno), que intercambian personalidad, con las ‘absurdas’ situaciones que eso conlleva. Y ese fue el gran problema de la comedia: todo se parecía a algo ya visto. Incluso Antonio Molero, que interpretaba a un cura novato, se parecía demasiado a Fiti, su personaje en Los Serrano. Y es que sólo faltaba la taberna con su jamoncito serrano, claro. Pobre cerdito.

5. HIT LA CANCIÓN

Hit la canción fue el primer fiasco del año. Un show que llegó muy tarde a La 1 de TVE. Con una escenografía monotemática con elementos que eran novedosos en el primer Operación Triunfo (las luces cegadoras, por ejemplo, de encima de la escalera…), un escenario sin profundidad, que daba un toque claustrofóbico, una sintonía noventera y una dinámica difícil de entender: pues la emoción se construía para el público del plató, no para el espectador desde casa. Pero, sobre todo, Hit no funcionó porque no tenía entidad. Al final, se trataba de un show que pretendía hacer espectáculo con una sucesión de compositores, que compondrán temas maravillosos, pero que cantan tirando a mal. Y un talent show musical debe sonar bien. Muy bien. Todo el rato. O la audiencia hará como el emoji del monete...

6. REFUGIADOS

La mayor decepción de ficción tiene nombre de Refugiados, pues su premisa se terminó tambaleando como un flan. De ahí el emoticón. No se puede proponer una idea de arranque tan emocionante para que luego la historia se quede en una telenovela sin más. El público se fue esfumando con el paso de las semanas y la serie de La Sexta nunca respondió a las expectativas. No crees un hype tan inmenso si no lo puedes resolver.

7. JUGAMOS EN CASA

La escaleta de Jugamos en casa contagiaba la sensación de que te estabas colando en la fiesta privada de unos amigos. Con cierta aureola de aquella puesta en escena del genuino salón del ‘Si fuera’ de Raffaella Carrá, el nuevo concurso de TVE era aire fresco y rejuvenecido para la parrilla de La 1. Pero pinchó en audiencias, el público no llegó a conocerlo. El motivo: en televisión casi tan importante como el contenido es el lugar en el que se ubica y que la cadena otorgue el tiempo suficiente para que el formato se asiente. Con el show de Los Morancos el reloj de arena no dio tregua: jugó en su contra.

8. ESO LO HAGO YO

Cierra el ránking el descalabro revelación de la temporada, pues fracasó incluso antes de estrenarse. Se trata de 'Eso lo hago': un supuestamente espectacular concurso, a cargo de Carlos Sobera, que se iba a estrenar en Antena 3, pero nunca se estrenó. Después iba a ver la luz en La Sexta, pero nunca vio la luz. Suponemos que en Atresmedia se dieron cuenta de que se habían equivocado al modificar el formato original: famosos intentando emular números de artistas con talentos asombrosos. Sin embargo, aquí se cargaron a los famosos y lo hacían otros anónimos. Por tanto, anularon el interés del show. Eso lo hago yo es el concurso fantasma de 2015. ¿Veremos los cuatro programas grabados en 2016?

@borjateran

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