OPINION

4 factores para reflexionar ante la indignación por el vestido de Cristina Pedroche

pedroche campanadas 2016
pedroche campanadas 2016

Siete días después de las campanadas de año nuevo, aún se escuchan comentarios sobre el vestido de Cristina Pedroche. El patio de vecinos del cotilleo nacional ha encontrado en la colaboradora de Zapeando a la celebrity perfecta para canalizar indignación. Una indignación que nos hace reflexionar sobre cuatro factores que surgen en la era de la crítica incontrolable desde la red social.

1. El aumento de la susceptibilidad

España sufrió décadas de represión y censura. Los profesionales de la televisión tenían que estrujarse la imaginación para esquivar las tijeras del censor oficial de TVE, Don Francisco se llamaba. Con la llegada de la democracia, llegó una explosión de libertad creativa. Y con ella, también el destape de los prejuicios a través de la vestimenta. De cualquier tipo de vestimenta. Sin embargo, en la actualidad, la opresión parece avanzar en un tiempo de supuesta madurez social en donde aparente se debería prejuzgar menos la forma de engalanarse o desengalanarse. Pedroche lo ha sufrido. Incluso con aluvión de rabiosos insultos en sus redes sociales.

2. La audiencia que confunde machismo con show televisivo

Beyoncé se pone un vestido de similares características y se habla de gran espectáculo. En cambio, en España, se lo enfunda una presentadora en un acontecimiento festivo como Nochevieja y se tilda de que sucumbe al machismo o al patriarcado. ¿No puede ponerse lo que le de la gana? Un debate complicado, en el que probablemente ni unos ni otros tienen la razón. Pero lo que está claro es que cada uno debe contar también con libertad de expresión a través de la ropa que quiera lucir. Más aún en una emisión de estas peculiaridades, porque solo se trata de un show televisivo: el cabaret de las doce uvas.

3. Pedroche despierta una ola de comentarios, que no propician otras

En realidad, la expectación y críticas que se han generado sobre Cristina Pedroche se traducen en que la de Vallecas cuenta con un carisma televisivo sin paliativos. De hecho, mucho más provocativos fueron los rostros de Cámbiame a la misma hora en Telecinco y no han llamado tanto la atención. Porque lo de las transparencias no es nuevo en televisión: se ve constantemente. El público está inmune de transparencias. Existen hasta programas con participantes completamente desnudos, Eva y Adán, y pasan desapercibidos para la masa. Pero a Pedroche se le mira de otra manera, donde se permiten menos licencias. Es el efecto de la pelusa viral: chica de barrio obrero que termina triunfando en televisión y, encima, sabe reírse de sí misma, con sus virtudes y sus defectos. Y esa característica le diferencia de muchas de sus compañeras. Y sus detractores gastan horas y horas en criticar haga lo que haga. Aunque salga tapada hasta los tobillos será vituperada.

4. ¿Ha comenzado una tradición televisiva?

Toda esta aureola de pasiones que desprende Pedroche, sobre todo en las redes sociales, pueden convertir a la presentadora en un nuevo referente televisivo del cambio de año. Cristina Pedroche ya parece tener asegurado su balcón en la Puerta del Sol para el próximo 31 de diciembre. ¿Qué se pondrá entonces? El problema no es qué se pondrá, el problema estará en los ojos de quienes mirarán solo para ver lo que se pondrá y poder atacar luego. Porque a la hora de consumir la televisión de hoy: sobran susceptibilidades, falta humor.

@borjateran

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