OPINION

Así se justifica la manipulación de TVE (más allá de un gráfico)

grafico manipulado tve
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Una vez más, una gráfica en el Telediario ha evidenciado la manipulación en TVE. Las barras distorsionadas para maquillar la realidad se repiten con frecuencia desde que la actual dirección ha tomado los mandos de la cadena pública. Pero el problema no está sólo en el gráfico. Está también en la noticia. Con imprecisiones, medias verdades. Malas prácticas que van contra cualquier ética periodística.

Como, por ejemplo, esta pieza sobre el PIB de 2015 (ver aquí) en la que, al final, se relata que hemos crecido el doble de Alemania y más del triple que Francia pero, sin embargo, Alemania creció un 1,7% y Francia un 1,1%. No salen las cuentas, España creció un 3,2%.

Además, se prioriza emitir todos los actos de Rajoy. Incluso hasta cortando la señal del Consejo de Ministros para conectar con un acto de partido, de menor relevancia, en Valladolid. Se justifican diciendo que se puede ver en una aplicación móvil, en la web, pero saben que el público clave aún está en la emisión tradicional.

Así está la situación en la televisión pública en la que han sido apartados los periodistas de oficio, para agrupar todos los contenidos sensibles en un grupo de personas afines. En su mayoría, los contratados de otros medios (como Intereconomía) con marcada prioridad ideológica o por aquellos que tienen contratos interinos o en prácticas, que no pueden plantar cara.

Mientras tanto, los profesionales que pueden defender la esencia del periodismo son relegados. Los gráficos son la anécdota. El problema está en el fondo de la situación.

Tras años de prestigio en los TVE había sido reconocida por su credibilidad a nivel internacional, la independencia de Televisión Española se ha hundido por una gestión de sus informativos nefasta, en la que tampoco ha ayudado que los cargos de confianza demuestren un desconocimiento de las actuales narrativas televisivas, quedándose en crónicas visualmente de los años noventa.

La culpa de este decepcionante panorama es de aquellos políticos que aún no entienden el sentido y significado de una televisión pública. Al contrario, muchos cargos creen, con una terrible normalidad, que TVE debe ser propiedad del partido que está en el poder. Ni siquiera se plantean lo detestable que resulta maquillar información, pues sienten que están haciendo un servicio a los intereses de la patria… y de su partido. Ahí está la raíz de la debacle que sufre Televisión Española y la transparencia de determinados organismos públicos.

Los políticos, y determinados ‘expertos’ que parecen viajar de un pasado que parecía superado, entienden que la cadena pública debe estar controlada por el gobierno, ya que es una prebenda que se les otorga por haber ganado las elecciones generales. No hablan de televisión pública, se refieren a televisión institucional.

Pero se equivocan de lleno. Aquellos que piensan así crecerán el día que asuman y entiendan que una cadena pública realmente independiente, en informativos y en contenidos, será la mejor aliada para el propio Gobierno: fomentará la credibilidad de los representantes públicos y, sobre todo, será un valor añadido para la sociedad, pues fomentará un país más rico en confianza, cultura y creatividad. Y esa es la mejor baza también para animar incluso a los mercados.

El viejo ente ha involucionado con responsables que confunden el valor añadido de una emisora pública. La ven solo como un altavoz, que no se debe salir del guion preestablecido, que responde intereses estratégicos políticos, enterrando, así, su verdadera esencia: ser una factoría de información, formación y entretenimiento de calidad para un país mejor.

TVE debe aprender de su pasado y mirar al resto de televisiones públicas de países con altura democrática. Y no de países donde se coarta la libertad informativa desde el poder, como Venezuela. Ganamos todos, también la imagen del propio partido del gobierno que impulsará su credibilidad al permitir a los medios públicos trabajar desde la honestidad plural. Y este camino sólo se logrará confiando la dirección de RTVE a profesionales independientes, que conozcan los engranajes de este complejo medio que es la televisión pública. Mejor si son de la plantilla de la cadena.

Porque la televisión pública, bien gestionada y con la visión suficiente, es un motor clave para el impulso social de un país como el nuestro. Porque TVE debe ser un inquieto punto de encuentro, donde quepamos todos y todos nos sintamos reflejados. Sin exclusión.

> Lo que TVE debe aprender de su propia historia (VÍDEOS)

> La gran mentira de TVE

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@borjateran

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