OPINION

Cuatro no puede con La Sexta: el problema de personalidad de la cadena de Mediaset

un principe para tres princesas
un principe para tres princesas

Su peor dato desde julio de 2014. Este mes de febrero, Cuatro se ha quedado en un 6,5 por ciento de cuota de pantalla (por detrás de La Sexta, con un 8 por ciento). La cadena roja sigue manteniendo un jugoso target comercial, su fuerte está en hombres y edades de 13 a 54 años, pero sufre una constante pérdida de identidad de la marca.

Ahí estriba el problema de fondo de Cuatro: en la marca. El liderazgo de cualquier televisión privada se identifica en coste, facturación y audiencia. Y el hándicap de Cuatro está en conquistar la complicidad de su audiencia objetiva, pues ya no cuenta con una identidad consolidada que conecte con un segmento rotundo de público.

Cuatro se ha convertido en una segunda ventana de Telecinco. De hecho, programas como Toma Partido, Gym Tony e incluso Las Mañanas de Cuatro podrían emitirse perfectamente en Telecinco. No chirriaría.

En Mediaset son grandes expertos en realizar sinergias, homogeneizar productos de entretenimiento es muy positivo para arrastrar y fidelizar a públicos, pero también puede convertirse en un obstáculo entre cadenas.del mismo grupo.

Cada vez más, al espectador le cuesta identificar espacios de Cuatro. Sólo Castle y los programas del universo tróspido (Un príncipe para tres princesas, Quién quiere casarse con mi hijo...) se identifican con el sello de la emisora. Son productos Cuatro. De hecho, los Gipsy Kings, el docushow de los domingos de familia gitanas, es en uno de los mayores éxitos del canal este febrero. Un buen espacio televisivo que, además, encaja con ese sello de Cuatro.

Sin embargo, estrenos como el show de debate Toma Partido, han marcado estrepitosos mínimos de cuota de pantalla. No encajan con el público de Cuatro. Su espectador objetivo ya está en Telecinco y prefiere otro tipo de contenidos menos políticos.

Cuatro necesita amplificar su grado de personalidad. Lo puede conseguir sin dejar de ejercer el papel de hermano menor de Telecinco. Aunque, para ello, además de dar con programas o series de éxito, que complementen a los de Telecinco, es crucial impulsar una parrilla bien ordenada, que defina una estrategia unitaria y no parezca un campo de pruebas de productos estancos, que podrían ir en una u otra cadena y son cambiados de horario cuando conviene al liderazgo de Telecinco.

Cuatro ha decidido no competir con su canal enemigo, La Sexta, a través de una definición de su carácter y ha optado por dar palos de ciego a la caza del éxito instantáneo. Pero Cuatro necesita formatos que suenen a Cuatro. Y ahora mismo ni suena. Cuatro pasa desapercibido.

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@borjateran

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