OPINION

'Los Gipsy Kings': lo que hay detrás de su éxito

cuatro jimenez
cuatro jimenez

Los Jiménez, los González, los Montoya... Las dinastías gitanas siguen triunfando como protagonistas de la segunda temporada de Los Gipsy Kings, en Cuatro.

No es un reality, no es un docushow. Los Gipsy Kings es un especie de sitcom con la realidad como base. Una hilarante comedia documental con un explosivo casting televisivo, con perfiles complementarios entre sí. Para (casi) todos los gustos.

Familias que desmontan y, al mismo tiempo, montan los prejuicios sobre los gitanos. Son ellos mismos, con sus circunstancias, con sus expresiones, con su oda a lo excesivo. Cuando son ingenuos, o cuando directamente se lo hacen.

Aunque el punto fuerte de Los Gipsy Kings es que no se ríe de sus personajes desde esa superioridad habitual en este género. Al contrario, las tramas se construyen, mano a mano, en un lúdico juego entre los artífices del programa y sus protagonistas, que se prestan a airear su vida con cierto instinto del espectáculo.

Las sagas gitanas son cómplices del espacio, y eso se contagia en el espectador que disfruta de una emisión muy agradable de ver. La realización visual cuenta con una fotografía cálida y un montaje en paralelo, entre las diferentes dinastías, que traza las historias sin dejar ningún resquicio al aburrimiento.

Todo guiado con una voz en off, a cargo de Tete Delgado, que pone la guinda ácida a este programa que no se queda en un desfile de extravagancias para dibujar personajes queribles. Porque Los Gipsy Kings es un programa en positivo.

Y ahí viene la clave que está detrás de los buenos resultados de Los Gipsy Kings: este formato ha dado un paso adelante en el género de la televisión tróspida (Quién quiere casarse con mi hijo, Un príncipe para tres princesas...), demostrando que para mantener la audiencia no basta sólo con la carcajada que surge de ridiculizar a los protagonistas (con músicas, soniquetes, imágenes descontextualizadas...)

El público de largo recorrido, el que aguanta hasta el final, necesita personajes de amplia evolución con los que poder empatizar desde una proximidad creciente y no desde una cortoplacista superioridad reconfortante. Los Gipsy Kings consigue este efecto para el éxito: sus protagonistas crecen con el paso de las semanas en personalidad pero, también, en emoción. La audiencia termina cogiéndoles cariño. A pesar de su picaresca, se hacen querer.

@borjateran

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