¿Por qué los cantantes no cantan en directo en los programas? Esta es una pregunta recurrente. Y los propios intérpretes sufren esta cuestión. Son criticados por caer en las redes del playback en vez de demostrar su fuerza vocal en vivo en los platós de España.
El playback ha ganado la batalla a la música en directo. Pero por culpa de las propias cadenas, no tanto por los cantantes. El motivo: a los grupos musicales no les queda más remedio que lanzarse al playback, pues los programas a los que acuden no están preparados para acoger una actuación en directo con las condiciones técnicas necesarias.
A los propios programas les sale más a cuenta que el cantante llegue y mueva los labios. Sin más. Sin necesidad de ensayo, sin necesidad de prueba de micros, sin necesidad de un buen envoltorio acústico. De ahí que el playback siga siendo tendencia.
Lejos quedan aquellos tiempos en los que en TVE se avisaba, con un letrero sobreimpresionado en pantalla, que la canción de turno era "pregrabada". Incluso se hacía hincapié con ironía aquello de que era "un riguroso playback".
Ahora, en cambio, sucede lo contrario: el espectador ya no se cree que la gente cante en directo: así que a los shows que cuentan las condiciones y apuestan por la voz en vivo no les queda otra que avisar con un rótulo en pantalla que el intérprete de turno está cantando con "voz en directo".
Porque el problema está en que los artistas no cuentan con programas idóneos para promocionar su música en las condiciones adecuadas. Ni un simple acústico se sustenta en los formatos a los que pueden acudir de las televisiones privadas. Sólo se salvan espacios como Tu cara me suena (pero, claro, hay que imitar), Los Conciertos de Radio 3, Likes, Late motiv de Buenafuente, algún especial navideño y poco más. ¿Y el resto? Lo de menos es la música. Así que es mejor asegurarse con un playback. Menos trabajo para las cadenas, más seguridad para el artista.
No obstante, al final, esta situación no beneficia a nadie. Ni a las cadenas, ni a los artistas (si son artistas de verdad, claro, Ylenia y Paquirrín no cuentan). Apostar por puestas en escena diferenciadas y superar la generación playback será bueno para todos: para subir la audiencia, amplificar las descargas (legales) de las canciones y, también, evitar ese tragicómico momento en el que Marta Sánchez no llega a tiempo al micrófono. Un clásico:
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