OPINION

6 contenidos que eran habituales en los programas matinales y que se han extinguido (por suerte)

Maria-Teresa campos
Maria-Teresa campos

Los programas matinales ya no son lo que eran. Para bien. Los magazines mañaneros han crecido, se han quitado la rancia etiqueta de programas femeninos y ya no sufren ningún complejo de inferioridad. Al contrario, son estandartes claves para la imagen de la cadena. Jesús Hermida y María Teresa Campos fueron los profesionales que sentaron, en España, las bases de un género que ha avanzado perdiendo, por el camino, secciones fijas que parecían imprescindibles para engatusar el share y que ahora serían impensables más allá del gag.

1. El Horóscopo

En pleno corrillo, aparecían de repente unos hombretones e instalaban una mesa camilla en Día a Día de María Teresa Campos. Era el turno de la vidente, parte crucial del programa. La audiencia necesitaba saber su horóscopo y ver qué posición ocupaba su signo en el ranking. Esperanza Gracia se convirtió, así, en la Fernandisco del zodiaco, organizando una lista de éxitos de signos donde lo que más molaba era estar en el número uno. La audiencia esperaba ese instante con fervor. Actualmente, Esperanza Gracia sigue realizando ese ranking a altas horas de la noche. Pero los magazines matinales ahora prefieren una buena mesa política antes que una sección fija con clarividencias.

2. Los desfiles de moda

Los decorados de las mañanas televisivas ya no vienen con pasarela incorporada. En la búsqueda de intentar clonar contenidos de revistas, los magazines matinales apostaron en su momento por los desfiles de modelos. Eran prácticamente obligados. Mejor si eran en ropa interior, claro.

3. Los teatrillos

Tampoco faltaban los teatrillos en las mañanas televisivas. Su función: servían para dinamizar el ritmo del programa como peculiar sátira de nuestra sociedad. El más mítico fue el tendedero, donde María Teresa Campos y Rocío Carrasco hablaban de sus cosas en un patio de luces de vecindario. Tenía su mérito, pues lo interpretaban en directo. A veces, incluso, la careta que anunciaba la sección teatral se quedaba demasiado tiempo congelada en emisión. Claro, el realizador estaba aguantando a la espera de que se colocaran las intérpretes en posición. Era la televisión que se hacía con el nervio del directo, y no se disimulaba con atino.

4. Los pasos de Semana Santa en plató

En ocasiones, en magazines como Pasa la vida en TVE se logró convertir el plató en una calle para acoger la Semana Santa. Los pasos acudían a los estudios de Prado del Rey y cruzaban el plató ante la mirada de María Teresa Campos, Paloma Gómez Borrero y demás colaboradores. De esta forma, los programas matinales convertían la actualidad en un acontecimiento. Y si no podían ir hasta el lugar en cuestión, llevaban el acontecimiento al plató. Ahora, por suerte, existen las conexiones en directo vía satélite.

5. El kiosko

Los programas matinales siguen hablando del corazón pero de forma más sutil. La actualidad manda por encima de las revistas del cuore. De hecho, a diferencia de antaño, ya no son tan protagonistas los expertos en la crónica rosa, dispuestos a devorar las revistas nada más salir del kiosko. La indiscreción ahora se centra más en el mundo de la tele-realidad, ya sea en islas casi desiertas, grandes hermanos e incluso platós de Sálvame donde se gestan tramas entre los propios colaboradores. Los famosos "de toda la vida" casi han pasado de moda.

6. Los concursos telefónicos con azafatas

¿Tiene usted pelos en la lengua?, preguntaban las ayudantes de Pepe Navarro cuando llamaban al azar cogiendo el primer número que pillaban en el listín telefónico. Este tipo de concursos siguen existiendo, pero en los magazines matinales ya han desaparecido para siempre esos paneles que parecían hechos en clase de pretecnología y que eran manejados por unas azafatas "decorativas" o, directamente, por hijas de celebrities recolocadas para abrir y cerrar casillas y, de paso, subir el share gracias a la curiosidad de las señoras en casa.

Porque, sobre todo, en los últimos veinte años, los magazines matinales han roto con el complejo de ser una franja con menor consumo para entender que son espacios claves a la hora de conectar con la actualidad, la informativa y la del entretenimiento. Profesionales como María Teresa Campos fueron cruciales para probar y equivocarse hasta desembocar en un asentado modelo televisivo en el que cada vez ha ido ganando peso el debate comprometido con lo político y lo social y se ha ido diluyendo los personajes de cartón piedra del cuore y otras frivolidades. Los magazines de las mañanas de ahora, en general, nos ayudan a entender y analizar mejor nuestro presente. Pero esta evolución no habría sido posible sin los aciertos y los errores de Hermida, Navarro o, por supuesto, María Teresa Campos, pionera en pelear por introducir la mesa política.

@borjateran

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