OPINION

Laura Matamoros gana una final de 'Gran Hermano VIP' más convertida en 'Sálvame' que nunca

gran hermano vip final
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Ya no son como antes los finales de Gran Hermano. Porque Gran Hermano no es como antes. La final del último Gran Hermano VIP lo demuestra. No ha habido ninguna salida espectacular de la casa. No son buenos tiempos para las fanfarrias, y Telecinco ha centrado el final del show en los dos finalistas, Carlos Lozano y Laura Matamoros, en plató. Como si fuera un Sálvame más. Como si fuera un debate cualquiera.

Las finales de Gran Hermano ya no desprenden esa apoteosis que lograba un plus extra de espectáculo y emoción en la última noche del programa. De hecho, este jueves han llegado los dos finalistas juntos. Y ahí estuvo, si acaso, el momento más espectacular del programa: Laura Matamoros casi se cayó bajando la escalera (muy rápido el de sonido trasteando con la sintonía en ese instante pare calcar el trompazo). Y ya.

Laura Matamoros se cae de la escalera al entrar al plató de #FinalGHVIP pic.twitter.com/iI1NR1lP3C

— M (@casasola89) 14 de abril de 2016

El resto fue más de lo mismo. Trapos sucios y enfrentamientos varios. Porque los de Mediaset prefieren asegurarse el conflicto en plató, que saben que tan bien les funciona. Y así lo han hecho con sus dos finalistas, sentados al lado de un hábil Jordi González. Y, juntos, han visionado grandes e intensos momentos de sus miserias en el interior de la casa. Perfectos para cabrear aún más al personal. Es lo que se busca, claro. Sólo ha faltado un polígrafo sobre la marcha. Pero eso ya lo dejan para el Deluxe.

Al final, ganó Laura Matamoros. Y el programa acabó. Sin más. Tal vez el presentador de OT no ha tenido el mismo potencial empático que la hija de Kiko Matamoros, con una legión de fans más afines a la esencia de votantes activos en esto de la tele-realidad de Telecinco.

Una tele-realidad que ha evidenciado que sigue funcionando como una maquinaria perfecta. Aunque el casting de esta edición VIP no haya contado con tanto tirón como la anterior. Los concursantes arrancaron muy sosos, pero el formato ha sabido generar historias constantes dentro y fuera de la casa, sin dar tregua a sus acérrimos seguidores, que incluso han llegado a concentrarse en la calle para apoyar a sus "ídolos".

Y que el show no pare. La semana que viene comienza Supervivientes. No hay descanso. La máquina de Telecinco no para. La cadena principal de Mediaset ha creado una fórmula infalible: un año de realities sin pausas, que retroalimentan toda la programación y hasta sirven de competitivo programa comodín para completar tres prime times.

El entretenimiento del conflicto, del culebrón de la realidad con trapos sucios nacidos de la convivencia del show bussines. Así se ha construido, con astucia y músicas efectistas de fondo, el modelo de negocio de éxito de esta cadena, Un modelo de negocio de éxito que no parece mostrar síntomas de desgaste y que seguirá triunfando durante muchos años. Asumámoslo.

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@borjateran

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