La ruleta de la suerte, de Antena 3, entra hoy en el codiciado club de los programas que pasan la barrera de los diez años ininterrumpidos en emisión. Aunque, en realidad, son muchos más, pues este formato viene triunfando en la televisión internacional desde enero de 1975.
El culpable de este éxito (eterno) es del mítico presentador y creador de formatos Merv Griffin, que en 1973 se sacó de la manga un concurso llamado Shopper's Bazaar. La dinámica consistía en poner a diferentes concursantes a jugar dentro de unos grandes almacenes de cartón-piedra. Incluso se grabó un piloto. Pero no gustó. Nada.
Sin embargo, en esta particular tienda-plató destacó un panel y una rueda que atesoraba soñados artículos (muy caros) de los grandes almacenes. Así que la cadena NBC simplificó el show, quitó barroquismos y se centró en La ruleta de la fortuna.
Desde entonces, la fórmula del éxito de este formato parece infinita. Sólo ha cambiado que ya no hace falta una legión de técnicos, cargados de destornilladores, para cambiar las letras del panel. Ahora basta con una pantalla de Leds y un buen sistema informático. El resto sigue igual: una ruleta, tres concursantes, una azafata, un maestro de ceremonias y la bancarrota, claro. De hecho, la fórmula ha sobrevivido a las turbulencias de la competencia televisiva norteamericana hasta resurgir de sus propias cenizas, una y otra vez, manteniéndose en emisión sin tregua.
También en España. Ahora celebrando su décimo aniversario con Jorge Fernández. Pero, antes, en nuestro país, vivimos otras versiones con un aluvión de presentadores que aguantaban lo justo en el formato. En Antena 3 con Mayra Gómez Kemp (1990), Ramón García (en el verano de 1990), Irma Soriano (1990-1991), Bigote Arrocet junto a Mabel Lozano (1991-1992) o Belén Rueda (1992). Después en Telecinco con Fernando Esteso (1993), Jesús Vázquez (1993-1994), Andoni Ferreño (1994-1995), Goyo González (1995-1996) e incluso Carlos Lozano (1996-1997).
Un éxito que traspasa el tiempo por la sencillez, esa que no tenía el formato inicial de Griffin: un juego fácil para toda la familia, con unos paneles que esconden frases sencillas de adivinar desde casa y con esa fascinación que desprende la tensión del azar. Sin olvidar un casting de concursantes, para amar u odiar, donde es más importante disfrutar del show que saber latín.
Aunque la versión actual de La Ruleta también cuenta con un factor para el triunfo que no podemos dejar escapar: el ruido que emana el público que está en plató, que está presente constantemente en imagen ya que se sitúa detrás de los concursantes.
Un público que es la grada que más trabaja de toda la televisión. No paran de impregnar ritmo al show gracias a su alboroto. Sus cánticos, tan pegadizos como absurdos, intentan que no decaiga la sensación de fiesta. Hasta durante una época estos profesionales del estruendo contaron con panderetas, a las que aporreaban con soltura.
“Un poquito más duro, un poquito más duro“, “No pares, sigue, sigue”, una particular versión de la “Macarena“ u otra de “Mamachicho me toca” son algunos de los cánticos. Quién le iba a decir a los directivos de Antena 3 que uno de sus mayores éxitos de entretenimiento lo iban a conseguir con un público cantando un tema icónico de Telecinco...
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