OPINION

'Top Dance' suspende en directo: caos en el plató

caos topdance
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Caos en el plató. Es el título que podía resumir la primera gala en directo de Top Dance. Lo que parecía que iba a ser un gran espectáculo de baile se ha transformado en una desorganizada gala, que evidenciaba falta de planificación y coordinación entre equipos. Un show que, en vez de conquistar al espectador con coreografías insuperables, ha intentado engatusar a la audiencia a través de unas cuantas emociones y conflictos de manual.

Aunque el problema también ha estado en que el público aún no conoce los nombres de los concursantes y la realización del programa se lo ha puesto muy difícil a la hora de reconocer sus caras, pues incluso en los veredictos del jurado ha sido complicado saber a quien se estaban dirigiendo, ya que despistaban los propios planos de reacción que enfocaban a los bailarines. ¿A qué pareja de las dos que competían, en cada tanda, estaba evaluando Bustamante, Mónica Cruz y Rafael Amargo con sus palabras? Ha sido complicado saberlo. Hasta el propio presentador, Manel Fuentes, ha dudado.

Y así ha sido toda la noche: un despiste con vídeos que se cortaban antes de tiempo (esto se puede solucionar en próximas galas poniendo una cartela animada con el logo del programa al final -como se hace en Gran Hermano-, un truco que avisa con sólo un golpe de vista al equipo de realización del momento exacto en el que termina la pieza), con vídeos repetidos, con vídeos cortados en plena declaración de un participante por pausas publicitarias que entran a machete (esto se debe a una falta de comunicación entre realización y continuidad de Antena 3) y con unas actuaciones mostradas con una tosca coreografía de imágenes y una iluminación de supermercado, demasiado plana para un talent, desluciendo el trabajo de los concursantes.

Tampoco ha ayudado en la calidad catódica que, cuando los bailarines terminaban su 'coreo',  entraba tan rápido un regidor en el escenario con los micros de mano que rompía el clímax de la posición final de cada número. Y en televisión se ha visto, evidenciando en la audiencia la tensión de la trastienda del programa. Pero tan importante es el ritmo como dejar respirar las actuaciones.

Top Dance ha suspendido en su puesta en escena. No está al nivel de factura televisiva de los shows de estas características a internacionales. Tampoco al nivel del canal que lo emite, Antena 3, que ha demostrado que en España se pueden hacer directos impolutos (en puesta en escena, realización y contenido) gracias a las galas de Tu cara me suena.

No sucede lo mismo en Top Dance. Un formato que, en su primera emisión en directo, cuando parecía que no podía ir peor, al más puro estilo de Alfombra Roja Palace de José Luis Moreno, dejó a una pareja de concursantes patidifusos en el centro del plató, con su posición lista para bailar, porque metieron la base musical de otros compañeros. De fondo se escuchaba a Manel Fuentes darse cuenta del problema. Salió. Y, con su habitual profesionalidad, continuó la gala como si tal cosa, intentando dar una sana positividad a un formato en el que las votaciones son en negativo. Aunque el mismo comunicador, curtido en estos saraos, evidenció nerviosismo en determinados momentos. Su tono no era el habitual, aquí más intenso, más descontrolado. Normal, porque Top Dance parece más una lenta función de fin de curso que un asombroso show de baile digno de un prime time. Resultado: el programa sigue su descenso de audiencia. Este lunes, segunda opción de una noche sin competencia con un 13.1 por ciento de share y 1.776.000 espectadores.

ANÁLISIS > ‘Top Dance’: las debilidades y ¿fortalezas? del nuevo show de baile de Antena 3

@borjateran

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