OPINION

Buenafuente: así evoluciona en la televisión de pago (VÍDEOS)

buenafuente late motiv
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El pasado mes de enero, Buenafuente volvía a la televisión para volver a ser Buenafuente. Aunque, esta vez, el hábitat era bien diferente: regresaba, codificado, como estrella nocturna del nuevo canal de Movistar+, de nombre #0, así con almohadilla. Ya se sabe, los hashtag están de moda y esta nueva cadena no iba a ser menos.

En este tiempo, el programa ha ido creciendo hasta convertirse en un refugio para los amantes de un tipo de televisión que se ha esfumado de las cadenas generalistas españolas. También de la corporación pública, que ha descuidado su función de despertar la curiosidad por la cultura a través del entretenimiento desde un elegante plató.

Y el Late Motiv de Buenafuente se ha convertido en ese punto de encuentro de la comedia que confía en la cultura, en sus múltiples variantes. A primera vista, una cita diaria para el humor con el sello de Andreu, los invitados de postín, colaboradores varios y la música en directo. En riguroso directo. Y apostando por puestas en escena propias y diferenciadas para cada artista, creando un acontecimiento único, especial e irrepetible.

Una cita diaria con la televisión en su máxima expresión, pues este late night mantiene una catódica característica crucial que, sin embargo, se maltrata, con saña, en la era de la TV de usar y turar que nos toca vivir: Late Motiv cuenta con una realización e iluminación espectaculares. No olvida que la televisión entra por los ojos. Y es un ejemplo de buen gusto estético, un detalle que escasea en la pequeña pantalla.

De su estreno, en aquel primer programa con síndrome de Jimmy Fallon, a la actualidad -58 programas después-, Buenafuente ha crecido en #0. Su programa ha ido moldeándose como un inteligente punto de encuentro para aquellos espectadores que también quieren sentir la experiencia de aprender, sentir y descubrir con un programa sin estrés, que juega pero no se precipita, que aporta enriquecedoras historias en primera persona. Imprescindibles las charlas con Candela Peña o Belén Rueda, ayer mismo.

Sólo basta el poder de una conversación y unos cuantos golpes de guion. Con sus entrevistados o con sus colaboradores, como los ya imprescindibles Silvia Abril o Berto Romero, pero también  con la incorporación de un ingenioso David Broncano en pletórico estado de gracia.

Buenafuente está creciendo en esta plataforma de pago, recuperando la esencia de sus años más brillantes aunque con el valor añadido de una perspectiva más madura. No es un programa para las grandes audiencias, dirán los gurús, pero es un formato que, por forma y fondo, hace que la televisión en España sea mejor. Simplemente hay que ver momentos como este con Enjuto Mojamuto encontrándose con su creador y hasta tirando pullas al propio Movistar+. La importancia de reírse de uno mismo:

@borjateran

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