Crónica de un fracaso anunciado. Había ganas de un programa de baile, pero Top Dance no ha cumplido las expectativas. La audiencia ha sido menguante en cada gala. Faltaba espectáculo, sobraba tensión prefabricada. Y el caos del directo de la última gala ha sido decisivo.
No obstante, Antena 3 dio una última oportunidad a su particular versión de La Voz con bailarines y movió el programa a este viernes. En su nueva ubicación, el formato se ha hundido hasta un nefasto 7,7 por ciento de share con 1.139.000 espectadores. Cuarta opción de la noche por detrás de Sálvame, el cine de La 1 (The green hornet) y los programas de actualidad de La Sexta (La Sexta Columna y Equipo de Investigación).
Con este fatal resultado, Top Dance ha firmado ayer mismo su defunción. Ahora la culpa será de que el baile no interesa. Pero, una vez más, se equivocarán. El problema ha estado en que Top Dance no ha sido un formato de baile. Ha sido un programa sin personalidad.
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