OPINION

Así 'Supervivientes' se ha convertido en una sucursal de 'Sálvame'

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¿Dónde está la identidad aventurera de Supervivientes, lo que verdaderamente le diferenciaba de otros realities? Da igual que los concursantes vayan a una isla, a un camping en la sierra, a la casa de Gran Hermano o al plató de Sálvame.

Todo empieza a ser demasiado clónico en Telecinco y, anoche, esta "salvamización" de Supervivientes ha contado hasta con un hashtag propio de un público que demandaba a la cadena el cambio de maestro de ceremonias, Jorge Javier Vázquez, a golpe de #CambioPresentadorSV.

Como si el comunicador, que también presenta Sálvame, fuera el culpable de la actual estructura del formato en la que Telecinco potencia los conflictos que seguirán nutriendo su parrilla y sus polígrafos cuando el reality de turno acabe. Porque la culpa no es de Vázquez. De hecho, esta situación no es nada nueva.

La cadena principal de Mediaset tiene muy bien engrasada la máquina de su tele-realidad. Todos sus programas son muy reconocibles para el público e incluso se interconectan entre sí. Si Gran Hermano contó con Carlos Lozano, después la novia de Carlos Lozano se tiró del helicóptero de Supervivientes y, más tarde, Lozano terminó visitándola en la isla. Y esta característica impulsa el interés por el show en una legión de espectadores fieles a Telecinco y su culebrón transversal.

La cadena y su universo  (ya sean ex tronistas de Mujeres y hombres y viceversa o colaboradores estrellas de Sálvame) están por encima de cualquiera de sus programas, y eso da un apoyo de interés extra a cada estreno. Lejos quedan aquellos tiempos en los que el éxito de los realities estaba en que contaban con una estructura basada en reglas férreas que parecían inamovibles. El aislamiento, las nominaciones, las expulsiones, las pruebas, los castigos… todo se regía por unas normas que el espectador conocía y que aportaban la emoción tensa necesaria para el desarrollo de este espectáculo televisivo.

Pero esta máxima del género de la tele-realidad ha saltado por los aires estos últimos años. La audiencia española del género de la tele-realidad made in Mediaset busca el conflicto del culebrón y no las pruebas físicas, lo que provoca que Telecinco reinvente el formato semana a semana, intentando encontrar giros de impacto, golpes de efecto en los que lo de menos es el respeto a las reglas más tradicionales del programa. Ya no importa tanto el aislamiento, ahora lo importante es que fluya el culebrón.

Al final, como consecuencia, se diluye la línea divisoria entre los diferentes espacios de la cadena. Un reality puede convertirse por momentos en programa gemelo de Sálvame, Hay una cosa que te quiero decir o Mujeres y hombres y viceversa. Es lo que también pasa con Supervivientes. Porque lo que menos importa es la esencia original del reality de supervivencia, que no interesa al público de Telecinco que no es el de Discovery Channel.

> El liderazgo de Telecinco: las 9 claves de éxito del modelo de cadena de Mediaset

@borjateran

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