OPINION

Las trampas de las cadenas para que no cambies de canal

paco leon club de la comedia
paco leon club de la comedia

Domingo. 11 de la noche. Acaba el debate económico a cuatro de La Sexta. Entran los créditos en pantalla y, antes de que el espectador tenga tiempo de cambiar al canal, arranca la sintonía de El Club de la Comedia. Sorpresa, termina la canción del programa de humor y, antes de que empiece el monólogo de Eva Hache, el canal corta de cuajo para publicidad, una larga pausa para publicidad.

Aún no ha empezado el programa y ya hay anuncios. Objetivo cumplido para los responsables de la cadena: una parte importante de la audiencia ya sabe que ahora emiten el desternillante show de humor y no zapeará. Se quedará en la sintonía verde y verá a cómicos como Paco León.

Esta es una táctica habitual para atrapar espectadores. Lo suyo es pegar dos programas consecutivos, sin cortes ni promociones.

En otros países de nuestro entorno incluso se opta por la irrupción de una sugerente voz en off durante los créditos, que anuncia el siguiente programa. Su cometido es el mismo, frenar la fuga de público en el instante en el que sube el rodillo final con los nombres del equipo que está detrás del show.

Así son las tácticas de programación para paliar el bajón de cuota de pantalla que se sufren con la obligada publicidad. En Telecinco, hasta han ideado la estrategia de lanzar bombas informativas durante sus pausas. "No se vayan, que durante la publicidad se enterarán de algo que cambiará el transcurso del reality", dice el presentador de turno. Y en efecto, no te vas esperando la exclusiva catártica. También sucede algo parecido en formatos como Zapeando de La Sexta, los de Frank Blanco regresan en pleno corte de publicidad con una microsección, que sólo es un espejismo para parecer que han vuelto de la pausa. Y no, se vuelven a ir un ratito más a spots.

Las cadenas siguen una estrategia calculada desde antes de la emisión de sus productos para enganchar al público. Existe una pauta previa muy planificada. Aunque esta táctica, que viene marcada, también puede ir variando según el comportamiento que realiza el adversario en directo.

De ahí que Javier Sardá contara en su mesa de Crónicas Marcianas con varios monitores por los que veía todo lo que estaba emitiendo la competencia. De esta forma podía ir a publicidad en el mejor momento. Algo parecido hacía José Luis Moreno, que sacaba a escena a sus infalibles Pepa y Avelino cuando veía que Salsa Rosa estaba en anuncios o María Teresa Campos, que montaba y desmontaba secciones observando si daban el juego suficiente en el directo.

Al final, el éxito en televisión no sólo se construye confiando en la calidad de los contenidos propios, también mirando de reojo los ajenos. Como consecuencia, es habitual ver como muchos espacios sufran cortes a publicidad sin piedad: da igual que se rompa de cuajo una frase del actor protagonista o se mate el clímax de un momento de emoción. Lo importante es emitir los anuncios en el instante exacto para perder los menos espectadores posibles. O, al menos, intentarlo.

@borjateran

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