OPINION

La regeneración del spot electoral: los políticos buscan el voto con cortos ñoños (VÍDEOS)

tablas spot podemos
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Hubo un tiempo en que la televisión se llenaba de densos espacios de propaganda electoral en la antesala de las elecciones. Una especie de pausas publicitarias que cedía la televisión pública para que los diferentes partidos explicaran sus diferentes consignas y programas.

Estas piezas estaban compuestas principalmente por un discurso serio, institucional, que miraba de frente al espectador con fuerza, seguridad y mucho protocolo.

Estos spots electorales con los años avanzaron e innovaron. Poco, pero innovaron. Imprescindibles fueron las canciones que aderezaban cada vídeo para que, entre tanto tedioso discurso, la audiencia se quedara con una musiquilla reconocible. Cada partido lucía su banda sonora propia e intentaba que fuera fácil de tararear. Un truco publicitario tan antiguo como la existencia de la publicidad que, hoy en día, sigue aprovechando infalibles marcas como Mercadona.

Y, con las músicas, florecieron las metáforas en las campañas electorales. Entre tanto mitin, se empezó a abrir paso la simbología de la ilusión. El PSOE, por ejemplo, en el 82 optó por un vídeo en el que se abrían puertas y ventanas en una especie de sin fin a la caza de la esperanzadora ilusión por su mensaje de cambio del electorado.

También los personajes populares han marcado los spots electorales. Antonio Banderas, Chus Lampreave o Concha Velasco se declararon públicamente socialistas, con rosa en la mano.

Pero la audiencia ya está inmune a los vídeos con discursos del candidato de turno mirando a cámara, aderezados por gente que muestra sus miedos o aspiraciones como as en la manga para pedir el voto.

Los nuevos lenguajes y consumos audiovisuales desde las redes sociales fomentan que los vídeos más eficaces de las campañas electorales se han convertido en aquellos que parecen que han sido creados para un concurso de cortos.

Efectistas, breves, con una voz en off joven (para generar más complicidad) y con mucha carga sentimental. Cuatro ingredientes contundentes para que estas piezas audiovisuales sean más apetecibles de compartir en Twitter o Facebook.

Ya no importa tanto comprimir en un spot el programa electoral de cada partido, con las consiguientes propuestas. El objetivo prioritario está en arañar la emoción que te hace pensar. Los partidos lo intentan con anuncios, creados para su viralidad en la red por creativos publicitarios de primer nivel, que podrían ser de marcas comerciales como CocaCola o Estrella Damm. Porque los políticos (y los publicistas) saben que la publicidad electoral que se queda en la retina es la que, en principio, no parece publicidad electoral.

-Que si una dueña de 122 gatos (porque está en contra de los perros)...

-Que si una interpretación muy teatral...

- Que si una telecomedia en la versión pobre del bar de Los Serrano...

-Que si el aire fresco del verano de anuncio de cerveza (incluso imitando la tipografía del aclamado spot de Estrella Damm), ese aire fresco que, dicen, te hace verlo todo de otro color...

@borjateran

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