OPINION

7 dardos televisivos que hicieron más espectacular la final de 'Supervivientes'

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Los fieles de Telecinco (y un servidor de ustedes) se han levantado con la ojera puesta. La resaca se debe a la trasnochada final de Supervivientes. Porque, como ya es habitual, para descubrir en directo el nombre del ganador, Jorge, hubo que esperar hasta casi las dos de la madrugada. Gajes de nuestra tele, que intenta disparar su audiencia estirando sus programas como aquel gigante de los anuncios de los chicles Boomer. Objetivo conseguido: la apoteosis de Supervivientes ha alcanzado un gran 28.3 por ciento de cuota de pantalla (3.263.000 espectadores).

Por suerte, en el largo transcurso de la noche. Jorge Javier Vázquez y la dirección del show (al otro lado del pinganillo) fueron lanzando sutiles dardos televisivos que hicieron más grande el espectáculo. Porque Supervivientes es un show. Un show sin miedo hacer show.

1. Decir lo que todo el mundo quiere que digas en el momento adecuado

Llegó Mila Ximénez tras meses incomunicada en una isla. Y, después de los protocolos, Jorge Javier soltó a su compañera de Sálvame que iba a sustituir a Mercedes Milá al frente de Gran Hermano. Todos vivimos el momento en directo. De hecho, muchos estaban esperando ese momento en directo. Con la cara de felicidad de Milá inclusive. No fue un acto de ego por parte de Vázquez, fue un acto de instinto del espectáculo: la gala se hacía larga e instantes como este, de reunión de deslenguados amigos, dan esa vidilla extra tan necesaria para hacer el programa más imprevisible e interesante. Hasta cuando parece que la historia decae.

2. Las críticas de las redes no son tabú

"Y ahora voy a hablar yo", sentenció Jorge Javier justo después de anunciar que Mila Ximénez quedaba fuera del juego. Lo que viene a ser un cebo en primera persona. De nuevo, lo que la gente estaba esperando desde casa: la contestación del propio presentador a las críticas desde las redes sociales que acusaban al programa de tener cerrado antes de la final que la ganadora era Milá Ximénez. No fue así, pero se habló del tema. Porque en este Supervivientes todo es show. También las críticas. En Telecinco lo importante es que se hable de la televisión que hacen. Bien o mal.

3. Dar paso a la publicidad en el instante más tenso

En el instante de más intensidad para la entusiasta legión de fans de Telecinco. Justo en ese momento en el que se está comunicando si la finalista es Yola Berrocal o Mila Ximénez, va el bueno de Jorge Javier y da paso a un corte publicitario cuando iba a entonar el ansiado nombre. "Y la audiencia ha decidido que salva a... Publicidad". Técnica manida, pero infalible. Y el espectador no huye en los anuncios.

4. Evidenciar (ciertos) errores 

Jorge Javier Vázquez es un maestro en esto de la complicidad con el público. Una cualidad que surge de una espontaneidad ante la cámara que ha adquirido con los años. Ya no le impone el objetivo. Juega con los errores a su favor, comentándolos con la audiencia ("vamos a repetir, que he dicho mal Supervivientes y mañana esto sale en los zapings"), prima su personalidad al guion y comparte con el personal lo que está pensando con una empática cercanía. Que se ve gordo al lado del ganador, pues lo dice. Porque Jorge Javier Vázquez no es de la estirpe de esos presentadores que suelen hablar desde otras realidades exquisitas, sibaritas o pretenciosamente altivas. Al contrario, cuenta con la inteligencia del travieso comunicador que está del lado de la gente de la calle. Hasta riéndose o compartiendo algunos de sus complejos. Ha conseguido lo más difícil en televisión: disfrutar el directo, y eso lo contagia. Por eso la audiencia lo siente como de la familia.

5. Hacer cuentas atrás. Todo el rato

Cuando quedan cinco minutos de líneas telefónicas abiertas, la cadena no se olvida de plantar un relojito en pantalla que ponga más nervioso al espectador. Y cuando ya faltan sólo diez segundos, la cadena tampoco se olvida poner a todo el público en plató a contar la cuenta atrás, que eso siempre da una emoción extra en la audiencia, que llega catártica al anuncio del ganador. Aunque sean casi las dos de la madrugada.

6. Recordar mucho que los porcentajes están muy ajustados

Repetir entre 300 y 312 veces que los porcentajes de votación están muy ajustados. Más aún si parece que es previsible que gane Yola. Venga, más tensión a la maratoniana emisión.

7. El giro dramático

Y, sobre todo, que exista sorpresa. Un poquito de sensiblería con apariciones inesperadas de los familiares... y ya si no es mucho pedir que no gane el que todos creen que va a ganar. Y sucedió. Y es que, al final, la audiencia es más perversa que los propios guionistas de la tele.

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@borjateran

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