OPINION

Crónica de un final largamente anunciado: así prepara HBO el desenlace de 'Juego de tronos'

Y se confirmó. La octava temporada de Juego de Tronos será la última. La sospecha se ha hecho realidad. Llega la cuenta atrás para el adiós y en HBO, que son unos maestros a la hora de manejar los tiempos televisivos, han confirmado la noticia un sábado de finales de julio, con prácticamente dos años de antelación.

Ha sido en la Asociación de Críticos de Televisión, en Beverly Hills, donde el presidente de programación de la cadena, Casey Bloys, ha ratificado que los responsables de la ficción, David Benioff y D. B. Weiss, quieren ocho temporadas. Sólo ocho temporadas. También ha explicado que están en conversaciones para la producción de un spin off o una precuela.

Pero, nada es casual, Bloys ha lanzado el dardo en el momento exacto para impulsar más (aún) la expectación de cara a la nueva temporada, que ya no sólo será la séptima: es la línea de salida de los capítulos del colofón final. Vamos, que el producto adquiere todavía más valor añadido. Y, por eso mismo, HBO lo ha anunciado ahora. Así empieza ya mismo a crearse el acontecimiento de despedida que merece Juego de Tronos.

A la producción sólo le quedan 13 capítulos. Siete episodios en la siguiente temporada (que ha retrasado su estreno al próximo verano, pues el rodaje necesita cielo invernal) y seis para la season finale. O lo que es lo mismo, la última, la octava, el chimpún que desvelará el final de los protagonistas que quedan. Si queda alguno, claro. 

Táctica calculada de promoción

Es habitual. La veterana cadena de cable norteamericana maneja una escrupulosa táctica de promoción para convertir la larga espera de Juego de Tronos, entre temporada y temporada,  en un camino de informaciones sobre la serie que aumentan el apetito de sus hambrientos seguidores. Nadie se aburre entre parón y parón de emisión. Al contrario, se alimentan las ganas con buenas dosis de especulaciones sobre qué pasará y cómo pasará. Más ahora ante el cercano adiós.

Pero esta inteligente estrategia de marketing es posible gracias a que en Estados Unidos, tanto en la tele de pago como en las cadenas en abierto, se marca la fecha de estreno con una gran antelación. El motivo: sus parrillas vienen estructuradas con una oferta estelar muy medida durante todos los meses del año. Poco se improvisa.

Así, también cuentan con margen suficiente para generar interés extra en las producciones, crear expectativas sobre sus tramas e ir construyendo acciones con las que trabajarse al público a través de medios tradicionales y también con las participativas artimañas de las redes sociales como aliadas. Con el anuncio del final, se abre una gran oportunidad para HBO en este sentido.

Nada que ver con España. En nuestro país, con una industria audiovisual más limitada, las cadenas priman una competencia feroz, con parrillas plagadas de volátiles horarios sin determinar que viven a expensas de la temida contraprogramación. Un verdadero juego de tronos televisivos: se mueve ficha dependiendo de la instantánea oferta del rival, las medias de audiencia diaria para rentabilizar la inversión y la facturación publicitaria.

Como consecuencia, los estrenos nos pillan por sorpresa (algunos ni nos enteramos de su existencia). También las cancelaciones, con series que se terminan sin un final escrito para ser final.  Entre tanto, los espectadores han desarrollado una desconfianza creciente en las cadenas españolas. ¿Cancelarán mi serie favorita?, se preguntan. Las series se consumen con miedo a su desaparición. Como sucede actualmente con El Ministerio del Tiempo. Parece que todo siempre está en el aire, por encima de la calidad del producto y la repercusión social que promueve.

Pero esto es Juego de Tronos. Y esto es HBO, un canal de pago y que vende y revende sus productos a todo el mundo. Aún no se ha estrenado su séptima temporada y sus seguidores ya empiezan a escuchar los fuegos artificiales del desenlace. Aunque el producto no termina aquí. Tiene mucho recorrido.  Nadie quiere dejar escapar la poderosa marca de Game of Thrones. El fervor por el Trono de Hierro está lejos de acabar: el posible spin off, la factible precula y las novelas... 

Porque, al adelantarse el cierre de la serie a a los libros de la saga de George R. R. Martin, el acabose televisivo de la historia no promete ser idéntico al que maquine el bueno de George. Lo que propicia un novedoso escenario: el fenómeno se da la vuelta. Si en las primeras temporadas se comparaban los libros con la serie, dentro de unos años la expectación de Juego de Tronos estará en comparar el final de HBO con el final escrito por George R. R. Martin. Es obvio, Juego de Tronos sobrevivirá a su propia muerte.

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@borjateran

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