OPINION

'Eso lo hago yo': debilidades y fortalezas de un estreno (que se grabó hace más de un año)

eso lo hago yo estreno
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El éxito de un show de televisión no sólo depende de su contenido, también es crucial si el programa se estrena en el momento correcto.

Y ahí ha estado uno de los problemas del concurso de La Sexta Eso lo hago yo, un show que se grabó hace más de un año (primavera de 2015) y que no ha visto la luz hasta esta noche.

De hecho, su presentador, Carlos Sobera, ya hace tiempo que se marchó al grupo mediático rival, Mediaset, donde presenta con éxito First Dates en Cuatro, que también se ha emitido esta noche. Paradojas de la vida: el propio Sobera compitiendo consigo mismo en el horario de máxima audiencia de un siete de agosto. Ni Jorge Javier Vázquez.

¿Por qué no se ha emitido antes este show? Tal vez en Atresmedia se percataron de la principal debilidad de Eso lo hago yo. El programa falla al modificar la dinámica del formato original, que consiste en ver a osados famosos intentando emular espectaculares números de virtuosos con talentos asombrosos.

Sin embargo, en esta versión española, se decidió eliminar a las celebrities para que lo hicieran anónimos. Guapos y apañados, pero anónimos. Por tanto, se anuló la gracia del show y, como consecuencia, Eso lo hago yo se parece demasiado a un programa de cazatalentos al uso. Como Tú sí que vales o Got Talent.

Pero, visto el resultado, si hubieran estrenado este programa en la fecha prevista habría sido un acierto, pues así Atresmedia se aseguraba adelantarse a sus cadenas competidoras que, en 2015, habían apostado por el regreso de este género a la tele en España. Adelantarse, además, con una mecánica más original a la de Got Talent, que Telecinco programó más tarde con buenos rendimientos de audiencia y que prepara, en estos días, su segunda temporada.

Porque la fortaleza de Eso lo hago yo está en que cuenta con mimbres de inteligente formato de entretenimiento: amplio plató, maestro de ceremonias rápido de reflejos, números visuales con esfuerzo detrás, buena dosis de torsos musculados (que siempre suben el share) y mucho ritmo. El programa no se pierde en rodeos, va al grano. Y, aunque la presentación de los concursantes fue tediosa porque no interpretaron propuestas realmente novedosas, Eso lo hago yo propicia la empatía del público porque podrá descubrir la evolución de unos artistas que se enfrentan a habilidades que no controlan. Con la emoción e incluso humor que eso conlleva.

Al final, los cuatro programas grabados de Eso lo hago yo han sido soltados sigilosamente en las noches dominicales de agosto de 2016. Así el talent no tiene que lidiar con grandes shows de entretenimiento en otros canales (sí con las olimpiadas) y, de paso, sirve de avanzadilla para el cercano estreno en La Sexta de Tú sí que sí, la reinvención de Tú sí que vales, donde Silvia Abril (y su instinto del espectáculo) también estará de jurado. Aunque esperemos que Abril esté con otro rol para evitar que sigamos con este eterno déjà vu de los talent shows cortados por el mismo patrón: en actuaciones, en estructura (vídeo-número artístico-veredicto), en escenografía (oscuridad y pantallón de led) y en caras (sobreactuadas) de jurados.

@borjateran

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