OPINION

La estrategia del nuevo canal de TDT DKiss: así logra engancharte a su programación

el rey de las tartas
el rey de las tartas

Los nuevos canales de TDT han llegado sin hacer demasiado ruido. No han inventado nada nuevo. Mucho docureality, mucho factual. En definitiva, sobredosis de shows disfrazados de documental. Son baratos, eficaces y, además, su éxito viene comprobado internacionalmente. Todo parecen ventajas.

Pero existe un canal que está dando la sorpresa: DKiss, surgido de la licencia lograda por el grupo audiovisual de la popular radio Kiss FM que, a su vez, ha llegado a un acuerdo de contenidos con la factoría Discovery. De ahí la 'D' que se ha añadido al Kiss.

Mientras que el competidor directo, el canal Ten TV, cuenta con un perfil de audiencia menos definido, que en sus primeros meses de vida ya ha viajado del universo familiar al denominado posicionamiento "femenino", Kiss ha enfocado desde el principio mejor su público, acotando su terreno en contenidos de tele-realidad que buscan la complicidad de las mujeres.

Así la compañía Discovery amplía mercado y alcanza un tipo de público complementario al de su "masculino" primer canal en abierto en España, Discovery Max (que, a partir de septiembre, se denominará DMax para unificar la imagen con DKiss).

No será fácil hacerse con ese hueco televisivo. En nuestro país, Mediaset ha realizado una interesante y pionera apuesta de marca con Divinity, una cadena que abarca desde series hasta producción propia, logrando percepción social como emisora descubridora de tendencias. Es más que una televisión, es un producto con una identidad que traspasa soportes.

Pero Dkiss se está instalando con inteligencia para asentar su propuesta de contenidos. A diferencia de otras emisoras que optan por mucho estreno de formatos de temporadas limitadas y una programación de constantes cambios -desorientando a la audiencia-, Dkiss ha centralizado su oferta de lanzamiento en un número manejable de programas con fórmula de contrastado éxito internacional. Su inversión se lo permite.

Estos programas se estructuran en franjas muy definidas. Aunque cada show sólo dure media hora, se emiten del tirón una tanda de distintos capítulos.. De esta forma, el espectador localiza con el tiempo suficiente sus productos. El público no sabe la hora exacta en la que empieza el docureality de turno, pero interioriza que en la tarde está el famoso Rey de las tartas Buddy Valastro (sí, la señora de la foto de arriba es una tarta con mucha nata), en la mañana los tatuajes de LA Ink o en la sobremesa la serie que muestra, con mucho humor, como se preparan los alimentos en fábricas especializadas, Food Factory. Al estirarse la presencia de cada espacio, los programas ganan empaque, destacan y brillan con más fuerza.

La programación de DKiss va variando como cualquier cadena, pero con el tiempo suficiente para que el público objetivo del canal descubra los estandartes de la emisora y su memoria los ubique sin esfuerzo en franjas horarias amplias. Es fácil encontrar aquello que te gusta. Y cuando lo encuentras, es complicado escapar. Porque no escatiman la ración. Al contrario, te dan sobredosis de una telerealidad fabricada para que te quedes hasta más allá del final.

@borjateran

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