OPINION

'La Mañana de La 1' sin Mariló Montero: lo mejor y lo peor del estreno de María Casado

maria casado nuevo programa
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La mañana de La 1 ha comenzado hoy su vida sin Mariló Montero como presentadora titular. Una profesional de la casa, María Casado, ha sido la elegida para conducir la nueva etapa del magazine estrella de TVE. Y así ha entrado en el Estudio 5 de Prado del Rey en el arranque del programa, conduciendo un minicoche.

La elección de María Casado es un acierto en estos tiempos que la cadena ha desvirtuado su imagen de marca. Primero porque TVE debe aprovechar más a su reconocible cantera de profesionales, segundo porque el espectador descubrirá a una comunicadora más espontánea y versátil de lo que permitía su trayectoria en los últimos años en una encorsetada versión de Los Desayunos.

No obstante, esa larga experiencia al frente de los Telediarios, 59 Segundos y Los Desayunos va a ese eficaz aliada para que Casado lleve las riendas de un formato tan complejo como La Mañana. Ya lo ha hecho en su primer día, donde ha evidenciado que su personalidad puede conectar con la complicidad del espectador.

Porque María cuenta con la flexibilidad de presentar con la seriedad de un informativo cuando toca y, al mismo tiempo, jugar con los colabores e invitados si el directo lo pide. O con Mariñas, porque en esta temporada ha regresado la información rosa a las mañanas de La 1 y el programa ha recuperado a este mítico contertulio del cuore que ya trabajó con María Teresa Campos en aquel Pasa la vida de TVE.

En su estreno, Casado ya ha demostrado esa versatilidad en plató. Incluso mordiendo la placa de la "L" de novata que le han entregado sus compañeros. Ha sido en un primer programa que, para intentar subir la audiencia, ha comenzado siguiendo la estela de sus competidores: con temas de actualidad, como la desaparición de Diana Quer, retrasando el emblemático espacio de salud Saber vivir, que ahora también intenta introducir temas pegados a acontecimientos noticiosos del día o la semana. Una buena idea para que todos los contenidos del programa estén más integrados y no parezcan una sucesión de secciones estancas.

La Mañana de La 1, además, ha realizado cambios en la escenografía, introduciendo más pantallas de leds (a modo de columnas), que otorgan una mayor profundidad y dinamismo a los fondos del plano. Aunque el problema está en que, a nivel visual y como el decorado es prácticamente igual, no se aprecia gran diferencia de personalidad propia y no se rompe con el prejuicio que ha interiorizado el espectador en temporadas anteriores.

La Mañana necesita un chute de identidad distinta del resto, de momento cuenta con contenidos de servicio público divulgativos muy interesantes, que marcan la diferencia con las cadenas rivales, como sucede con la salud. También debe aprovechar el valor añadido de poder utilizar la estructura de Televisión Española y su red de profesionales.

Sólo falta que el formato arriesgue más en historias (un magazine es más que sucesos, actualidad, salud y corazón, también es cultura, temas cotidianos, imaginación -bien hoy con la trama de María entrando en coche-...) y que no caiga en la trampa de imitar a las cadenas privadas, con detalles como poner música tétrica de fondo durante el tratamiento del caso de la desaparición de Diana Quer (como ha pasado en la primera emisión),  y potencie la cercanía de la televisión pública que se abre a la gente que cambia las cosas. Del lado de los expertos y no tanto de los gurús que saben todo y no saben nada. A favor de esto último está que el formato ha recuperado al médico de familia y que es la única cadena que no olvida la importancia de estar en contacto real, en directo, con su audiencia a través de las redes sociales. Lo hace Jota Abril, el otro presentador de La Mañana de La 1, muy empático con el público de este programa, que debería ganar más peso aún en la emisión.

Porque el porvenir de éxito del magazine del futuro de TVE pasará por una mayor coralidad de presentadores, que despierten sensaciones plurales en la audiencia, esos profesionales terrenales que sabes que te acompañan, que te informan pero que, también, comparten su día a día contigo desde la naturalidad.

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@borjateran

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