Águila Roja vive su novena y última temporada. Después de 8 años en antena, la que fuera serie de más éxito de nuestra televisión dice adiós tras evidenciar un desgaste de audiencias que parecía irreversible. Como consecuencia, TVE decidió cerrar el proyecto con esta tanda de capítulos que ya se emiten por La 1 en la noche de los jueves.
Aunque, lo cierto, es que Águila Roja nunca dejó de ser una serie con buena aceptación social. El problema estuvo en que, como otras tantas veces pasa, fue un producto programado mal. Regresó a la parrilla en mal momento y el público potencial ni siquiera sabía que había vuelto.
La producción sufrió cambios de horario y parones de emisión en plena temporada -que daban vacaciones a las tramas en un momento de guion que no estaba planificado para cortar la proyección...-, que propiciaron cierta desconexión de la audiencia. El público se olvidó de las tramas.
Sin embargo, este septiembre, Águila Roja ha vuelto a su horario tradicional -frente a una edición débil Gran Hermano- e inesperadamente la producción de Globomedia ha vuelto a demostrar sus fortalezas. Ha resurgido de sus propias cenizas. Incluso, este jueves, ha logrado su récord de espectadores desde diciembre de 2014, con más de 2,7 millones (16,6%).
Lo que demuestra que Águila Roja mantiene prácticamente intactos sus mimbres para conectar con el gran público. Y es que, desde que se estrenó en 2009, ha mantenido su misión con astucia: entretener con unas tramas que no dan tregua al espectador. Una historia que es fácil de ver pero no fácil de rodar, con despliegue de localizaciones, piruetas de guion y una luminosa realización.
En sus tramas, Águila Roja abraza el equilibrio entre la emoción y la acción. Sin olvidar el humor, crucial en esta ficción con un imaginario rotundo que no se parece a nada en España: ¡Un ninja en el siglo de oro español!
Y por eso mismo, ahí sigue, inimitable, con su capacidad para crear un cuento de aventuras de malvados, amores, locuras de Sátur y superpoderes de Águila Roja. Que no son otros que creer en tus ideales.
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