OPINION

'Tu cara me suena': lo mejor (y lo peor) del estreno de su quinta temporada

tu cara me suena 5 arranque
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No es país para grandes espectáculos de entretenimiento de prime time. O eso parecía hasta que llegó Tu cara me suena y derribó el prejuicio que habían interiorizado los directivos de la televisión. La audiencia se sentía huérfana de un gran show, que cuidara los cinco sentidos de la televisión: ideas, realización, iluminación, puesta en escena y, lo más importante, imaginación. Esa imaginación que no se queda en lo preestablecido y hasta rompe con los corsés.

Un formato, cien por cien español, que no simplifica el contenido en el conflicto básico y opta por seducir al público, en positivo, desde la premisa de famosos imitando a iconos de la música. Y, cinco años después, Tu cara me suena ha llegado a su quinta temporada manteniendo su esencia, pero con el más difícil todavía: superar el listón de su última edición, que reunió todos los elementos para quedarse en la memoria del espectador como la mejor de la historia del concurso.

Prueba superada en una noche de estreno. Y los estrenos de este programa son siempre complicados, pues TCMS gana con el rodaje, ya que depende mucho de la complicidad entre los concursantes y el jurado. Y esa complicidad (y competitividad) va creciendo con el paso de las semanas. Sin embargo, esta edición se ha puesto en marcha con un producto más que digno, que entiende que el buen espectáculo televisivo se construye con arranques musicales apoteósicos (con Ana Simon, Ana Morgade y Llum Barrera riéndose incluso de los clichés del propio formato: con mucho dorado, confeti, cuerpo de baile quitándose ropa y público en la grada participando -primera foto de arriba-) hasta las anécdotas de Lolita que generan esa empatía folclórica tan intrínseca a esta España nuestra.

Y en este primer primer episodio de TCMS 5 han aprobado casi todos los concursantes con nota. Como Blas Cantó (con una actuación de Raphael en la que se ha cuadrado la realización, como en la versión original), Juan Muñoz de Cruz y Raya (clonando a Joe Cocker) o Yolanda Ramos interpretando 'Ritmo de la noche'. Bueno, Yolanda Ramos cantó fatal pero lo hizo de forma catárticamente divertida. Y esa imperfección hilarante, en su justa medida, es también ingrediente esencial en TCMS.

Chenoa, por su parte, se ha estrenado como jurado con una seguridad y vehemencia que prometen dar juego y ser un contrapunto interesante para complementar en el cuarteto de jueces en el que ha dejado un dulce hueco libre Shaila Dúrcal.

Tu cara me suena ha vuelto, en definitiva, como máximo representante de la televisión a lo grande, ratificando su lugar único en las parrillas actuales. Porque los musicales que interesan al espectador son aquellos que saben hacer vibrar la ingenuidad de un espectador que es cada vez más difícil de sorprender. De momento, todo apunta a que TCMS seguirá consiguiéndolo esta temporada, una temporada perfecta para incluso romper con los propios tópicos del programa.

> A FONDO: las claves televisivas del éxito de ‘Tu cara me suena′

@borjateran

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