Astral es el protagonista de la película documental con la que Salvados regresa a La Sexta este domingo. Película documental, sí, porque dura 100 minutos y porque se está preestrenando en cines de todo el país con el objetivo de recaudar fondos para el trabajo que está realizando ProActiva Open Arms.
Se trata de la ONG que lleva el timón de este ex velero de lujo, llamado Astral, que un buen día se reconvirtió en un solidario barco para salvar refugiados. Y de eso va esta edición de Salvados, un viaje que sacude la emoción del espectador, pues no estamos acostumbrados a mirar de frente la realidad. Menos aún en prime time.
Salvados lo logra poniendo el foco en el tráfico de migrantes, náufragos a la deriva, en el mediterráneo. Sin voces en off, sin efectismos, sin prisas, incluso sin presentador -casi no aparece Jordi Évole en imagen-. Sólo contando la historia a través del ojo de la cámara.
Ojo de cámara que se mueve más que nunca. Ojo de la cámara que hasta, en algún que otro momento, pierde su encuadre en alta mar. Pero ojo de la cámara que no para de escuchar y narrar la historia de unos migrantes que caen al agua para salvar su sueño, el sueño de aspirar a una vida digna.
Un sobrecogedor trabajo documental que recuerda, a través de la televisión de masas -un riesgo que no suelen correr las grandes cadenas, sí Atresmedia-, la esencia del periodismo audiovisual con conciencia y compromiso: el Salvados del Astral no tiene prisa en llegar a conclusiones, simplemente divulga sin miedo al silencio y sin temor a aguantar la duración de determinados planos. Como la imagen cenital del propio Astral o los primeros planos de los refugiados sin refugio. Imágenes que dicen tanto sin nada, miradas que transmiten el desconcierto de personas que creen estar ya en la Europa de la felicidad y, en realidad, están en el agua internacional de la indiferencia.
La película documental del Astral, que el equipo de Salvados ha tardado en rodar más de 5 meses, retrata nuestro mundo y también el mundo que estamos construyendo, el derecho a la vida y el derecho a vivir, los egoísmos y el horror, la deshumanización de las instituciones públicas y los valores. Eso y más documenta este Salvados que servirá para estudiar y analizar nuestro tiempo en el futuro. Por eso hay que verlo, aunque sea duro y nos recuerde que no siempre ganan los buenos. Pero que, por suerte, también, a veces, sí que gana la buena gente, esa buena gente que logra cambiar las injusticias desde abajo. O, al menos, lo intenta.
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