OPINION

El reencuentro de OT: una bomba emocional sobre la pérdida de la inocencia

reencuentro de OT
reencuentro de OT

Una bomba emocional realizada y montada de forma impecable. Así se puede describir el primero de los programas que nos cuentan el reencuentro de Operación Triunfo quince años después de aquel fenómeno social que sacudió la televisión y la industria musical españolas.

La reunión de todos los triunfitos enfrentándose, juntos, a sus recuerdos en este 2016 ha resultado un choque para los concursantes de la edición más mítica del show musical de la historia de nuestra tele y para la propia audiencia, pues esta serie de documentales sumerge al espectador en un viaje cómplice plagado de primeros planos, lágrimas, nostalgia, imágenes de archivo y vaivenes de la vida de estos dieciséis chavales que ya no son tan chavales. La resaca de una éxito televisivo irrepetible.

Por primera vez, se realiza en España una catarsis sobre las consecuencias de una fama repentina y vertiginosa y el efecto que esta extrema popularidad causó en unos jóvenes que nadie esperaba que se transformaran en los cantantes más famosos del país. Este flashback lo hemos vivido rememorando las canciones más míticas del concurso, que tanto nos marcaron en la voz de unos chicos que eran como nosotros mismos.

Y ahora lo siguen siendo: con sueños, ilusiones y frustraciones. Y lo han transmitido en unas entrevistas plagadas de sinceridad en la que no han ocultado sinsabores y decepciones, todos mostrándose cómodos y espontáneos. Todos menos David Bisbal, el más famoso y exitoso hoy en día, que parece haber saltado a otra esfera de la realidad y a quien se le ha visto poco participativo y menos integrado entre sus compañeros.

Noemí Galera, la responsable de casting de OT y artífice por tanto de la elección de los dieciséis triunfitos, ha sido la guía de este primer documental, siempre tan buena comunicadora, pero el programa se ha narrado a través de los protagonistas, en primera persona. Lo que dicen en voz, lo que cantan pero, sobre todo, lo que expresan con sus elocuentes rostros y ojos.

Quedan otros dos documentales que seguirán relatando, las próximas semanas, el pasado y el presente de estos concursantes antes del concierto del día 31 de octubre en el Palau Sant Jordi. Un viaje que seguirá siendo pura tralla emocionante, porque este reencuentro de OT es en el fondo un descomunal análisis del paso del tiempo y de la pérdida de inocencia. Sobre las distintas formas de entender y vivir el éxito. Sobre juguetes rotos que son muy de carne y hueso.

El viaje emocional lo es para los concursantes, pero también para nosotros como espectadores. Los triunfitos recuerdan lo que vivieron ellos, pero nosotros, inevitablemente, recordamos también quiénes éramos en 2001, dónde estábamos, con quiénes veíamos aquellas galas... OT el reencuentro habla de OT pero también de nosotros y de cómo nos hemos hecho mayores en los últimos quince años. Complicado permanecer impasible.

@borjateran

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