OPINION

Las 4 frustraciones habituales que genera ver la televisión en España

cardenas tve
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La televisión en España ha adquirido vicios que, aunque ya la audiencia ha interiorizado como normales, pueden generar cierta frutación a la hora del disfrute del programa o serie de turno.

1. Entrevistas sin entrevista.

En la televisión en abierto en España, si te interesa lo que cuenta un actor o un cantante en una entrevista sentirás cierto agobio. Lo de menos es lo que narra el artista, lo importante es llenar la charla de vídeos locos de Youtube, secciones extrañas o golpes de efecto espectaculares. Al final, el entrevistado no tiene tiempo para explayarse, y el espectador tampoco para escucharle. También en la televisión pública, en el programa de Javier Cárdenas pasa a menudo. La televisión, en su obsesión por el ritmo trepidante que introduce muchos temas en pocos minutos, se olvida de que el gran espectáculo también está en escuchar las vivencias del invitado.

2. La publicidad sin piedad.

En la televisión en abierto en España, lejos quedan aquellos tiempos en los que los programas grabados calculaban cuando debía entrar la pausa publicitaria para que los anuncios no interrumpieran el guion. La batalla de las audiencias no lo permite: la publi entra de cuajo en el instante en el que la cadena lo cree oportuno para no perder cuota de pantalla. También en la emisión de cine y series. Nada que ver con Estados Unidos, donde las ficciones televisivas saben marcar el momento en el que se interrumpe la historia para la publicidad. De esta forma, se consigue dejar la trama en alto y el espectador sigue enganchado. Da igual qué ponga la competencia, el público se quedará si el guion está bien estructurado.

3. Paja en el ojo propio.

En la televisión en abierto en España, la maratoniana duración de los formatos de prime time propicia una mayor competitividad para las cadenas pero, al mismo tiempo, dificulta que el espectador llegue hasta el final de cada programa. El público siente que se dan demasiados rodeos para contar una historia. Lo que se podría explicar, con emoción deslumbrante, en una hora se atasca en tres horas de emisión.

4. Todo fue un sueño.

En la televisión en abierto en España. las cadenas priorizan los primeros capítulos de las series, a veces, hasta un punto enfermizo. Los directivos saben que en el estreno se la juegan. Pero tan importante como diseñar un primer episodio, es dibujar un desarrollo de la historia: con una evolución de los personajes clara en el tiempo y teniendo calculado un desenlace coherente y contundente. Por eso mismo, gran parte de las series en España van perdiendo fuelle. En ocasiones, se va improvisando la acción dependiendo de los resultados de los audímetros y, como consiguiente, los finales también se improvisan. Por suerte, no siempre sucede esto. Por suerte, no siempre "todo es un sueño". Sin embargo, el espectador sufre decepción con los finales a medio gas. Y en España son muchos.

@borjateran

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