OPINION

'Mujeres y hombres y viceversa', un fracaso para la sociedad

mujeres y hombres y viceversa
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Mujeres y hombres y viceversa llegó en 2008 a Telecinco. Casi una década después, ya no vive su época de esplendor de audiencias, pero ahí permanece, cada día, congregando a un público extremadamente fiel que también es ruidoso en la red social. Es un éxito indudable para Mediaset, pues además se trata de un programa de baratísima producción, pero, al mismo tiempo, supone, en gran parte, un fracaso para nuestra sociedad.

Porque, aunque Mujeres y hombres y viceversa no deja de ser un mero y evasivo formato de televisión, fomenta valores cuestionables y grises para el joven público que lo sigue apasionadamente: chicas y chicos de temprana edad, con su identidad aún por construir. Jóvenes que quizás aún no cuentan con el suficiente criterio como para diferenciar con nitidez entre el mundo real y el mundo que muestra MYHYV.

Lo que enseña Mujeres y hombres y viceversa existe, pero es menos doloroso pensar que se corresponde con un porcentaje minoritario de la juventud. Entre sus múltiples mensajes dañinos, el programa reduce el amor a su vertiente más superficial y, lo que es peor, minimiza los cánones de belleza a un único perfil con moreno de rayo UVA. En Mujeres y hombres y viceversa, los chicos son todos musculosos y las chicas, recauchutadas. Y viven en un universo regido por el sexismo rancio donde sólo parecen existir gimnasios y discotecas. No "mola" salirse de ese "estilo de vida". Y se corre el peligro de que una parte del público interiorice como referentes unas dinámicas tan simplistas.

Todos están cortados por un monotemático patrón, con ropa bien apretada en busca de un amor exprés en el que no se fomenta la imaginación o la creatividad y sólo se propicia la cita básica, de usar y tirar. Obviamente, lo de menos son los sentimientos y lo de más, los gritos y peleas. Porque ninguno de esos jóvenes está en el programa para encontrar el amor. Lo que buscan es celebridad inmediata, posibilidades de bolos, aferrarse a los pasillos de Mediaset y quizá, en el mejor de los casos, saltar a Gran Hermano VIP o Supervivientes.

Y ahí está el problema. Telecinco no está para educar, pero Mujeres y hombres y viceversa sería un programa interesante si abriera sus miras y empezara a creer un poco más en su audiencia, que seguro que no es tan simple como este formato supone. El show de Emma García ganaría mucho mostrando realidades más diversas de la sociedad y, sobre todo, enseñándonos, de forma constructiva y en su máxima expresión, lo que significa eso de buscar (y encontrar) el amor en televisión. Si lo que ocurre en ese plató fuera, simplemente, un poco más de verdad...

@borjateran

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